Archivo por meses: septiembre 2017

De diseñador de zapatos de lujo a guardián de una cueva en Cantabria

Stuart Weitzman se dedicó durante 40 años a la fabricación de calzado de alta gama y algunos de sus modelos han tenido una gran acogida entre las estrellas.

“Tranquilos, la cueva tiene wifi”. A punto de adentrarse en una sima milenaria, Stuart Weitzman aún tiene tiempo para bromear. Resulta que el creador de los zapatos del millón de dólares y de la sandalia Nudist, la favorita de estrellas como Diane Kruger y Blake Lively, ha encontrado su insospechada horma en La Garma, uno de los tesoros de la arqueología de Cantabria. El diseñador estadounidense (Massachusetts, 1942) se ha convertido en mecenas del yacimiento, con la aportación de casi 310.000 euros destinados a financiar diversos estudios científicos, amén de la grabación de un vídeo realizado con las últimas tecnologías para que el mundo pueda conocer las maravillas que esconde esta gruta de tres pisos de acceso complicado y cerrada al público.

Con este proyecto, el que ha sido durante 40 años uno de los principales fabricantes de calzado de lujo del planeta da carpetazo a una etapa, a toda una vida, como quien dice. “La moda ya no es lo que era”, asegura. En 2015, vendió su empresa al grupo americano Coach por más de 480 millones de euros. “Me he quedado un tiempo con ellos para enseñarles cómo funciona el negocio, pero la de esta temporada ha sido mi última colección”. Su jubilación le pone ahora en el camino de la historia y el arte.

Ligado a España desde principios de la década de los setenta, tras establecer toda su producción en Elda, el primer paso del zapatero ha sido crear la Fundación Stuart Weitzman para la Conservación de las Cuevas Prehistóricas de Cantabria (perteneciente a la organización internacional World Monument Fund, dedicada a la preservación del patrimonio cultural de todo el mundo). Una iniciativa que comparte con Barbara Kreger, su mano derecha en su etapa como diseñador.

No es extraño que al llegar a la caverna, situada en la localidad de Omoño, se sienta como un crío con zapatos nuevos. En el interior, no deja de admirar los huesos fosilizados que los responsables de la investigación, el arqueólogo Roberto Ontañón, director del Museo de Prehistoria y Arqueología de Cantabria y jefe de la sección de Arqueología de la Consejería de Cultura, y Pablo Arias Cabal, catedrático de Prehistoria del Instituto Internacional de Investigaciones Prehistóricas de Cantabria, han dispuesto sobre una mesa para catalogar y analizar. “Esta es una mandíbula de oso, estos son dientes de rinoceronte…”, enumera el científico.

Weitzman no puede ocultar su satisfacción al saber, por boca del profesor Ontañón, que su cueva data casi del mismo periodo que las de Altamira. “¿Podrían haberla pintado los mismos artistas?”, pregunta. Desde luego, si no fueron los mismos, está claro que en aquel periodo los habitantes de la zona compartían las mismas técnicas y gustos pictóricos, responde el experto. En el complejo de La Garma, descubierto en 1995, se encuentran 11 sitios arqueológicos que han proporcionado indicios de presencia humana desde el Paleolítico hasta la Edad Media. Un auténtico tesoro en el que destaca la galería inferior, una caverna cuyo acceso original quedó cegado al final del Pleistoceno, permitiendo la conservación de suelos y estructuras (puede verse cómo los primitivos humanos construían estancias mediante el movimiento de bloques de piedra) en un estado único, además de contar con impresionantes escenas de arte rupestre (animales y manos estarcidas) datadas entre el Auriñaciense y el Magdaleniense medio (entre 29.000 y 13.500 años de antigüedad).

La Garma (Cueva de la Garma) cuenta incluso con los restos óseos perfectamente conservados de un león, amén de vestigios posteriores de la época visigoda (restos humanos incluidos). En atención a estos méritos, el yacimiento ha sido incluido en la Lista del Patrimonio de la Unesco, un título del que Weitzman no puede sentirse más orgulloso. Pero el exdiseñador no se va a contentar con eso: ya está trabajando en crear un Museo Judío en Madrid, “hermano de los que existen en otros países europeos”, revela.

FUENTE: DIARIO EL PAIS, SARA SÁEZ

Esquelas curiosas. Una manera diferente de despedirse del mundo (Serie)

«No nos esperes levantados, ya iremos llegando…»

La sección de obituarios de ABC ha ido regalando a lo largo de los años curiosas esquelas que el propio periódico se ha encargado de recopilar. Entre su colección se encuentra la de Manuel Muñoz, presidente de un grupo de amigos sevillanos que se hacen llamar el Club Chumbalaka. En ella, sus compañeros del club escribieron «Manolo, no nos esperes levantado, ya iremos llegando… Tú a tu aire». Puede leerse más de este pintoresco grupo de amigos (y del propio Manolo) en el blog del club.

FUENTE: DIARIO EL PAIS, VERNE / PABLO CANTÓ

Cuarenta palabras – Parte III de III. Sobre Cantabria y Cabuérniga en particular

Reconocemos que nos pierde la pasión por nuestra tierra, pero el texto es magnífico, o mejor… MAGNÍFICO. Disfrutadlo, joyas como esta no aparecen con frecuencia.

Es muy extenso, por eso lo hemos divido en tres partes. No os perdáis ninguna, es en su conjunto, y por separado, delicioso. Y sí, los que somos de Cantabria seremos especialmente sensibles al texto, pero vale para todos los que sepan apreciar la buena literatura/escritura.

Ejemplares en primer plano de vacas tudancas, raza autóctona del Valle de Cabuérniga

Son pocos, pero no se resignan a olvidar y custodian sus recuerdos con celo, aunque en realidad sean los recuerdos de otros. Cuando Llano volvió por allí en el invierno de aquel año, los más ancianos decían que «los viejos que ya eran viejos cuando nuestros abuelos tenían hijos» habían visto ojáncanos en la región. Eran gigantes grandes como casas y con un solo ojo en la frente que «de noche relumbraba como los de un lobo». Iban desnudos, con el único abrigo de sus melenas y barbas enmarañadas, y entre su largo cabello del color de la sangre les crecía un solo pelo blanco; arrancarles aquel pelo era la única forma de matarlos. La tradición confiere a los ojáncanos cierta inclinación a arrojar enormes rocas. A veces «piedras grandísimas» que proyectaban con una honda de piel de oso o de lobo, según recoge Llano; otras, cuando estaban más furiosos, peñas que arrancaban enteras de las cumbres y lanzaban directamente contra las casas y las personas. Peñas tan grandes como aquellos Cantos de la Borrica.

Nada podía salvarte de los ojáncanos si no era las anjanas. A Llano se lo contaron Petra y Lucinda, dos muchachas que bordaban en la calle durante una mañana de sol. Con tanta devoción lo hicieron que nuestro hombre se permitió una risa de incredulidad, y aquello casi le cuesta el cuento:

—Pos si no crei, no lo crea —espetó Lucinda—. Pero hubo anjanas, sí señor. Eran mu güenas las probes anjanas.

Y poderosas, las que más en los montes del valle. Vivían en alcázares bajo la tierra y caminaban por el bosque cuando lo hacen los venados, en la madrugada y en al ponerse el sol. Vestían de blanco, con la trenza ensortijada y hermosas alhajas, y una capa de azul crepuscular con estrellas de plata. Eran rubias y pequeñas, más pequeñas que una persona, y se apoyaban en un báculo, y con ese báculo podían hacerlo todo.

—Trocar (transformar) en moles de hierro las peñas y los ribazos, y los árboles en barras de oro, y las piedras en diamantes, y los ríos en corrientes de esencias para llenar sus frascos las niñas y las mozas.

Y eran buenas, que falta hacía en esta tierra complicada. Señalaban las camberas (caminos rústicos, frecuentemente sendas forestales) a los que se habían perdido en la niebla y devolvían los rebaños extraviados a los pastores honrados. También ahuyentaban a los trasgos y se enfrentaban a los ojáncanos, pero incluso con ellos mostraban compasión. Una vez una manada de lobos quiso dar caza a un ojáncano, y en la refriega la bestia quedó ciega de su único ojo. Una anjana que lo vio llevó al ojáncano a su palacio subterráneo, le curó las heridas y lo sacaba todas las mañanas a la superficie a que tomase el sol, como un ciego y su lazarillo.

—¡Qué lástima que ya no haiga anjanas! —se lamenta Lucinda—. Pero ya que no las hay, toas las personas debían de ser anjanas pa toas las personas. ¿No le paez?

Manuel Llano asiente. Más tarde, cuando pase a limpio todo lo que ha oído en Cabuérniga, se admirará genuinamente de esta «sublime y rústica filosofía» aldeana casi más que de sus leyendas. Quizá porque él conoce la verdad.

Las anjanas emparentan estrechamente con las xanas, hechiceras del folclore asturiano y leonés con atributos muy parecidos a los de ellas. Suele decirse que tras la batalla de Covadonga, con el inicio de la Reconquista cristiana y la expulsión de los musulmanes hacia el sur, en los picos de Europa quedaron aislados algunos grupos compuestos principalmente de mujeres moras, y que allí arriba sobrevivieron durante un tiempo. El recuerdo de estas moras, se dice, acabó por convertirse en las xanas y anjanas, habitantes de los montes altos tan bellamente enjoyadas. Nunca sabremos cuánto hay de verdad en ello, seguramente poco. Seguramente sea una leyenda acerca del nacimiento de otra leyenda, con tanta facilidad brotan los mitos en esta tierra. En Cantabria persiste la costumbre de considerar obra de moros a las cosas bellas, desconocidas y antiguas. Y las anjanas, como las xanas, no son fundamentalmente distintas de las ninfas, los elfos y otras hadas que abundan en los cuentos de toda Europa.

Ni los ojáncanos, que hasta pertenecen específicamente a una categoría de gigantes descrita por Homero: los cíclopes. Ninguno arrojó allí arriba los Cantos de la Borrica. Hoy sabemos que estas exóticas moles son bloques erráticos, fragmentos de roca desgajados por un antiguo glaciar, transportados por el torrente de hielo y finalmente depositados lejos de su ubicación original. Manuel Llano también sabe que, con frecuencia, los romanos construían sus calzadas por las cumbres de las sierras, donde resultaban más seguras y practicables para el curso de sus legiones, y que las de aquí conectaban la meseta y los puertos del Cantábrico evitando precisamente bajar a los valles. En la región, emergiendo aquí y allá entre los hayedos y los robledales altos, quedan los restos de alguna.

Y también de crómlechs, antiquísimos recintos litúrgicos del Neolítico marcados con un círculo de piedras, como Stonehenge. No vuelan hasta allí las brujas del hábito blanco, ni fueron ellas quienes grabaron las formas como de humano que se aprecian en los menhires. Ni las mozas del agua calientan los manantiales, ni los caballos del Diablo salen del infierno por las torcas que resoplan ni son responsables de que haya tan pocos tréboles de cuatro hojas. Pero Llano sabe que no son mentiras, como lo supo Tolkien. Son mitos. Invenciones acerca de la verdad, cosas inexplicables a las que los cabuérnigos pusieron un nombre. Y por eso les dedica un libro.

***

Brañaflor se publicó el año siguiente, en 1931. Llano se dio prisa porque el mundo estaba a punto de cambiar y lo iba a hacer empezando por España. No podía saberlo, pero quizá lo intuía. Y no por razón de su genio, sino porque era un folclorista. En eso los de su gremio aventajan a los prosistas, los poetas y los demás hombres y mujeres de letras: saben que entre los muchos mundos que integran el mundo siempre hay alguno acabándose. Y no quiso que el suyo lo hiciera completamente, aunque le había tocado el turno. Quizá por eso, porque los nombres vuelan pero las cosas quedan, le puso al valle este nombre de fantasía, Brañaflor.

Y porque Brañaflor es Cabuérniga y especialmente Sopeña, el pueblo natal del escritor, pero un poco también los otros grandes valles de Cantabria: el del Pas, el del Besaya y el del Nansa, y también Liébana, Polaciones y Campoo, y las comarcas litorales. Brañaflor son todos los lugares que antes hollaron ojáncanos, trasgos y familiares, y en donde bailaron las brujas y pastaron los caballos del Diablo. Todos los lugares a los que volverán algún día, aunque sea lejano, cuando el mundo se acabe una vez más y vuelvan a necesitarse cuarenta palabras para referirse a los matices de la inclinación del suelo. Cuando las otras cosas con nombre dejen de tenerlo, porque ya no servirán para nada, y así se conviertan de nuevo en misterios. Las ruinas de autopistas que atraviesan los bosques, por las que nadie caminará, las antenas y repetidores que se oxidan en las cumbres, donde nadie pudo haberlas subido, y las murallas de hormigón altísimas que no dejan pasar al río. De nuevo serán caminos de las anjanas, puntos de reunión de las brujas del hábito blanco y lagos de las mozas del agua. Y de nuevo Cabuérniga no lo será más, y volverá a ser Brañaflor.

Hayedo en Ucieda, parte de Parque Natural Saja-Besaya.

 

FIN PARTE III DE III

FUENTE: DIARIO EL PAIS, JOT DOWN/RUBÉN DÍAZ CAVIEDES

 

Cuarenta palabras – Parte II de III. Sobre Cantabria y Cabuérniga en particular

Reconocemos que nos pierde la pasión por nuestra tierra, pero el texto es magnífico, o mejor… MAGNÍFICO. Disfrutadlo, joyas como esta no aparecen con frecuencia.

Es muy extenso, por eso lo hemos divido en tres partes. No os perdáis ninguna, es en su conjunto, y por separado, delicioso. Y sí, los que somos de Cantabria seremos especialmente sensibles al texto, pero vale para todos los que sepan apreciar la buena literatura/escritura.

Cabuérniga de noche.

Poco a poco, pueblo a pueblo, la libreta de Llano se va llenando de otras palabras que solo existen a orillas del río Saja. Guajona, anota. Una vieja que de noche baja a los pueblos envuelta en un manto negro y entra en las casas para chupar la sangre de los críos y los mozos hasta dejarlos medio muertos. Se dice que no soporta el sol y que de día excava un agujero y duerme bajo tierra, como los topos.

—Los sus ojos relumbran como las estrellas —le dicen a Llano— y na más que tien un diente negru, mu afilau y mu largo.

El pájaro de los ojos amarillos, anota un poco después. Un pequeño animal monstruoso, fruto de la unión de una lechuza y un murciélago en el último día del invierno una vez cada cinco años. Quien lo ve no debe volver a su casa, ya que morirá al cruzar el umbral si antes no le pasa por encima una golondrina. En verano el pájaro se sumerge en el río porque su sangre se calienta con facilidad:

—Es como el aceite que chupan las lechuzas en las lámparas de la iglesia —le explican.

Las mozas del agua son rubias y pequeñas, con «una estrella en la frente del color de las nubes cuando el sol se va». Viven en palacios bajo la tierra y salen por los manantiales y las fuentes del monte con madejas de hilo de oro que dejan secar en la orilla.

—Si algún mozu podía coger un hilu de las madejas, las mozas jalaban (tiraban) de él y le llevaban a su palaciu, onde se casaba con la más guapa. Seguir leyendo Cuarenta palabras – Parte II de III. Sobre Cantabria y Cabuérniga en particular

Cuarenta palabras – Parte I de III. Sobre Cantabria y Cabuérniga en particular

Reconocemos que nos pierde la pasión por nuestra tierra, pero el texto es magnífico, o mejor… MAGNÍFICO. Disfrutadlo, joyas como esta no aparecen con frecuencia.

Es muy extenso, por eso lo hemos divido en tres partes. No os perdáis ninguna, es en su conjunto, y por separado, delicioso. Y sí, los que somos de Cantabria seremos especialmente sensibles al texto, pero vale para todos los que sepan apreciar la buena literatura/escritura.

Una braña es un prado situado alto, normalmente ejerciendo como cumbre de una montaña o como una de sus laderas. En Cantabria se diría que una braña está normalmente en un cotero (una montaña pequeña pero pronunciada), a veces en una lomba (una colina) y que habitualmente es pindia (de terreno empinado). Suele decirse que los esquimales tienen cuarenta palabras para referirse a la nieve. En Cantabria ocurre algo parecido con la evolución vertical del terreno.

Es un hecho conocido, sin embargo, que por más palabras que se acuñen nunca alcanzan para nombrar tantas cosas como hay. Por ejemplo: en las brañas altas del valle de Cabuérniga, posadas con suavidad sobre la hierba a casi dos mil metros de altura, hay unas grandes piedras que nadie sabe de dónde han venido. Son grandes como asteroides, y dos en particular tienen varios pisos de altura. Y están hechas de una roca de la que no está hecho nada más en este valle. Alguien ha tenido que ponerlas ahí, pero no ha sido la mano humana. Tampoco han podido desgajarse y caer de algún macizo cercano. Ninguno está tan cerca ni a mayor altura. Y la braña es pindia. Para ubicarse en lo alto, habrían tenido que rodar pendiente arriba. Seguir leyendo Cuarenta palabras – Parte I de III. Sobre Cantabria y Cabuérniga en particular

II Jornadas Europeas del Patrimonio. Valderredible

Tres días para promocionar los recursos monumentales y paisajísticos del municipio

Las II Jornadas Europeas del Patrimonio, que se celebran en prácticamente  todos los países, tienen como finalidad concienciar a los ciudadanos sobre la riqueza y diversidad cultural del Viejo Continente como un bien común, fomentar el diálogo intercultural y poner en valor el rico mosaico que componen las diferentes culturas europeas. En la práctica, durante las jornadas se permite la visita en régimen de puertas abiertas de los elementos más significativos del patrimonio cultural de cada territorio, favoreciendo el contacto con el entorno natural y paisajístico que, en su conjunto, integran y forman la noción de un patrimonio común. Una actividad que fomenta a su vez que pequeños territorios tengan un sitio en el mapa de Europa.

Valderredible es el municipio más meridional y extenso de Cantabria, con casi 300Km cuadrados y más de medio centenar de pequeños pueblos que atesoran un patrimonio cultural sumamente original. Además de numerosas iglesias propias del románico rural,  torres medievales y arquitectura tradicional, lo más destacado de este valle del Alto Ebro es el fenómeno rupestre. Este incluye desde grabados prehistóricos de la Edad de los Metales a un conjunto extraordinario de iglesias, habitáculos y necrópolis rupestres de cronología , altomedieval que se prolongan por zonas aledañas de Palencia y Burgos.

Ermita Rupestre de Arroyuelos.

La visita a las iglesias rupestres del valle permite acercarnos a los orígenes de la cristianización de Cantabria, comenzaba por el misionario riojano San Millán en época visigoda en el entorno del Monte Hijedo, y continuada en los primeros momentos de la repoblación, cuando se documenta por primera vez el «Val de Ripa Ibre» es decir, el valle de la ribera del Ebro.

Europa se conforma por numerosos y diversos pueblos con una rica cultura y Valderredible participa en este proyecto para poner en valor su patrimonio y dar visibilidad a éste como factor de desarrollo económico sostenible. El diálogo intercultural y la comprensión mutua entre los grupos de población de orígenes diversos que conforman la riqueza cultura de Europa.

Colegiata de San Martín de Elines, una joya del Románico.

Las segundas Jornadas Europeas el Patrimonio que se desarrollan en Valderredible los días, 15, 16 y 17 de septiembre se ofrecen para conocer y promocionar el patrimonio cultural y natural  de Valderredible. Dos días de puertas abiertas y visitas guiadas por los elementos emblemáticos del patrimonio de Valderredible: la arquitectura rupestre y el Monte Hijedo.

Para ello se cuenta con un conjunto de voluntarios que facilitaran el acceso y la interpretación de los elementos seleccionados.

PROGRAMA

Viernes 15 de septiembre

20:00 h. Izado de banderas e inauguración en el Ayuntamiento de Valderredible.

20:30 h. Vino Español en la plaza de Valderredible, en Polientes.

Sábado 16 de septiembre

10:00 h. Visita guiada a ña iglesia de Santa Mª de Valverde y al Centro de interpretación del Rupestre; al  habitáculo Rupestre del Cuevatón en los Valdelomares; a la necrópolis de San Pantaleón en la Puente del Valle y a la ermita Rupestre de Campo de Ebro.

16:00 h. Visita guiada por la ermita Rupestre de Cadalso y petroglifo aledaño a la Ermita;  a la Cueva Rupestre de Arroyuelos: a la ermita Rupestre de Prisillas de Bricia y a la Colegiata Románica de San Martín de Elines.

22:00 h. Visita guiada al Observatorio Astronómico.

Domingo 17 de septiembre

10:00 h. Visita al Centro e Interpretación del Hijedo y ruta guiada por Monte Hijedo.

Fuente : El Diario Montañés.

 

La nueva tecnología eleva el patrimonio rupestre en Cantabria

Halladas nuevas pinturas anteriores a Altamira en cuatro cuevas de la región.

Las técnicas científicas más punteras están siendo utilizadas para ampliar nuestro conocimiento de la memoria más remota de la humanidad. Un equipo del Museo de Prehistoria de Cantabria dirigido por el investigador Roberto Ontañón está recorriendo cuevas en las que había indicios de la presencia de arte paleolítico, pero no había sido totalmente confirmado. Ahora, gracias a nuevas técnicas de fotometría y de imagen, se han descubierto cuatro cavidades, con dibujos geométricos, según anunció este lunes el propio Ontañón. Actualmente existen unas 70 cuevas decoradas en la cornisa cantábrica, en el norte de España, y los científicos esperan que, con estas nuevas técnicas, el patrimonio se amplíe en un 10%. Seguir leyendo La nueva tecnología eleva el patrimonio rupestre en Cantabria

Esquelas curiosas. Una manera diferente de despedirse del mundo (Serie)

Iniciamos una miniserie de publicaciones de esquelas que han ido apareciendo en diferentes periódicos ¿porqué no despedirse o despedir con humor?

«Gracias, lo he pasado muy bien»

Decía un tuitero, Surikato, que todos los días buscaba un motivo con el que contrarrestar una mala jornada y que esta esquela había sido uno de ellos. En ella, E. Zarauz manifestaba que no quería «flores o coronas, y sí en cambio un donativo para los Médicos sin Fronteras». Y se despedía con un: «Gracias a todos, lo he pasado muy bien». Enorme. Antes que Surikato, otro tuitero, Manu Martínez, fue el que la publicó:

FUENTE: DIARIO EL PAIS, VERNE / PABLO CANTÓ.

 

Valdeprado del Río acoge la exposición ‘Campoo devanado’

La muestra se podrá contemplar hasta octubre en el Centro Cívico de Arroyal y en el Monasterio de Montesclaros .

El Centro Cívico de Valdeprado del Rio en Arroyal de Los Carabeos y el Claustro del Monasterio de Montesclaros acogen hasta octubre la muestra ‘Campoo devanado’. Un proyecto coordinado por Luis Prieto con fotografías de Miguel A. de Arriba y Ricardo L. Blanco con el que además de exponer más de 120 imágenes (29 en el centro y sobre un centenar en el monasterio), se pretende que «el visitante se acomode y disfrute de toda la documentación del proyecto con un suave fondo musical», apuntaron los organizadores.

Fuente : ViveCampoo/ Arroyal/ Valdeprado del Río.

El polvorín de Portugal robado: garitas vacías y soldados sin munición (deliciosa redacción)

Este artículo no dejaría de ser una noticia más, salvo por su deliciosa redacción; qué poquitos se encuentran así.

Comienzo del artículo:

Dejando a un lado los extremos, Islandia y Nueva Zelanda, no hay en el mundo país más pacífico que Portugal. Así lo ha computado el Índice Global de Paz en su última revisión. Hace solo tres años, Portugal ocupaba la decimoquinta posición, hoy la tercera, empatado a puntos con el país de las antípodas. Portugal es tan pacífico que hace una semana unos extraños fueron a la base militar de Tancos y se llevaron en el coche armas sin que nadie se lo impidiera.

Portugal es pacífico hasta con sus Fuerzas Armadas. Sobre un ránking de cinco puntos, la militarización del país se puntúa 1,3; la seguridad en la sociedad 1,4 y en el caso de conflictos internos e internacionales, 1 sobre 5. Recientemente, un soldado portugués falleció en una misión en Malí, pero aparte de esa acción, la mayor tragedia militar de los últimos años ocurrió en septiembre, en unas prácticas de los comandos de élite. Salieron a hacer prácticas en plena canícula y fallecieron dos soldados por un golpe de calor.

Desde hace cinco años, Tancos, situada 120 kilómetros al noreste de Lisboa, tiene el sistema de videovigilancia averiado, los sensores de movimiento tampoco van, el alambrado no aguanta unas tijeras y las 25 garitas de la instalación están en estado de derribo, por lo que es mejor que ningún soldado arriesgue su vida subiéndose a ellas, en consecuencia, no hay nadie en ellas.

La vigilancia consiste en rondas de soldados que tardan en completar el perímetro medio día y que, además, van rezando para que nadie les ataque porque solo se podrían defender a garrotazos. Desde 1980, los mandamases del Ejército decidieron que, para evitar incidentes, los soldados patrullaran con el cargador de las armas sellado y en el cinto. Después de conocer esto, si el índice Global de Paz no le da el primer premio a Portugal el próximo año, será una injusticia.

Como se ha comprobado, las deficiencias de la base de Tancos no eran un secreto. Los asaltantes, más de una docena, se habían leído el Diario de la República que el 19 de junio convocaba concurso para la reparación en el lado norte, este y sur del vallado de la base por valor de 316.000 euros. Por si queda duda, los ladrones no entraron por el oeste.

Llegaron con un camión, hicieron un hueco en la alambrada y se fueron hacia la veintena de polvorines, pero solo visitaron aquellos que tenían el material que necesitaban (1.500 balas, 150 granadas, 40 lanzagranadas, explosivos, mechas, conectores…) y dejando el resto. Seguro que en el frigorífico de su casa tardan más en encontrar los yogures. Llevaban una lista de la compra, con la diferencia de que todo era gratis. Cargaron a mano las pesadas cajas, andando de aquí para allá 500 metros y, completado el encargo, salieron como habían llegado. Ni un tiro, ni un alto ni un ¡ay!

Después de conocer el Ejército que cuida de Tancos, si el índice Global de Paz 2018 no le da el primer premio a Portugal, será una injusticia de armas tomar.

FUENTE: DIARIO EL PAIS, JAVIER MARTÍN