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¿Cuántas veces mira el móvil al día? Trucos para recuperar el control de las notificaciones

Los iPhone y los móviles con Android cuentan con funciones para desactivar avisos y concentrarse

Notificaciones movil
Una de cada tres personas mira el móvil más de 100 veces al día, según un estudio de Ikea.ADAM HESTER/BLEND IMAGES (GETTY IMAGES/TETRA IMAGES RF)

Una de cada tres personas mira el móvil más de 100 veces al día, según el estudio de Ikea ¿Estamos hiperconectados?. Es decir, una vez cada 10 minutos de media sin contar las horas de sueño. Las notificaciones de WhatsApp, Twitter, Gmail, medios de comunicación o plataformas como Spotify y Netflix son un bombardeo incesante diario. Los usuarios pueden desactivar fácilmente estos avisos durante un tiempo determinado o hacer que no todos salten en tiempo real, sino que se actualicen cada ciertas horas. Así permiten controlar las notificaciones los móviles con los sistemas operativos Android e iOS.

Móviles con Android

Desactivar las notificaciones de una aplicación

Hay personas que consultan sus teléfonos con el doble de frecuencia de lo que piensan, según una investigación publicada en la revista PLoS One. Es probable que muchos usuarios no necesiten recibir notificaciones de todas las apps que tienen en el teléfono. Para desactivarlas, hay que entrar en los ajustes del teléfono, pulsar en la opción “notificaciones” y en “configuración de la aplicación”. Después, basta con seleccionar de qué aplicaciones se quiere recibir avisos y de cuáles no. Hay que tener en cuenta que el proceso puede ser ligeramente diferente y estas opciones pueden tener nombres variados dependiendo del fabricante del teléfono.

Personalizar qué notificaciones recibir de cada ‘app’

El usuario también puede escoger qué notificaciones recibir dentro de cada aplicación. Para ello, en “notificaciones” hay que pulsar en “configuración de la app” y seleccionar una en concreto. En Gmail, por ejemplo, es posible desactivar las notificaciones de una cuenta de correo en concreto y dejar activadas las de otra. En TikTok, se pueden activar o no las notificaciones de comentarios, likes, mensajes directos o nuevos seguidores.

Notificaciones

En Facebook, también hay múltiples opciones: de los recordatorios a los comentarios, las etiquetas en fotos, los cumpleaños, las solicitudes de amistad, las personas que quizás conozcas o las páginas que sigues. Esta opción puede ser útil con las aplicaciones de envío de comida a domicilio, las que se utilizan para solicitar taxis e incluso las bancarias. Gracias a que sus avisos suelen estar ordenados por categorías, el usuario puede escoger si quiere recibir los que considere importantes y evitar, por ejemplo, los promocionales.

Posponer avisos

Además, existe una opción para posponer notificaciones. Si se quiere activar, en el apartado de “notificaciones” dentro de los ajustes, hay que pulsar en “permitir que se pospongan”. Después, una vez que llegue un aviso al móvil, hay que arrastrarlo ligeramente hacia la izquierda o la derecha y tocar en un símbolo de un reloj con la letra z en su interior. El usuario puede elegir si posponerlo 15 minutos, 30, una hora o dos.

Limitar las interrupciones

Si se despista fácilmente cada vez que va a mirar la hora en el móvil, es probable que prefiera que los avisos no aparezcan en la pantalla de bloqueo. En ese caso, hay dos opciones. Por un lado, entrar en el apartado de notificaciones dentro de los ajustes y pulsar en “notificaciones en pantalla de bloqueo” y en “no mostrar notificaciones”. Si más tarde se quiere que vuelvan a aparecer, habría que seleccionar la opción “mostrar conversaciones predeterminadas y silenciosas”.

Pero probablemente la opción más rápida e interesante para concentrarse al máximo es “no interrumpir”, un modo para silenciar todas las notificaciones, excepto las de aquellas personas y apps elegidas previamente. Para seleccionar dichos contactos y aplicaciones, hay que entrar en “ajustes”, “notificaciones” y “no interrumpir”. El siguiente paso es escoger quiénes pueden contactar por llamadas o mensajes cuando esté activado este modo, qué apps pueden enviar alertas y si se permiten alarmas y otras interrupciones.

Aunque este modo se puede activar desde los ajustes, la forma más rápida de hacerlo es deslizar el dedo hacia abajo desde la parte superior de la pantalla y pulsar el botón “no interrumpir”. El usuario puede escoger si desea que el modo se desactive tras un número de horas determinado o hacerlo él mismo a mano. Además, puede crear “programas” para que se active automáticamente en diferentes circunstancias. Por ejemplo, en las horas que dedica a dormir, durante los eventos guardados en el calendario o mientras juega con el móvil.

Móviles con iOS

Desactivar las notificaciones de una aplicación

En los iPhone, también es posible evitar que una app determinada envíe notificaciones. Al entrar en los ajustes y pulsar “notificaciones” aparece una lista con todas las aplicaciones instaladas en el teléfono. Basta con pulsar en una en concreto y desactivar la opción “permitir notificaciones”. Cada persona tiene una media de 40 aplicaciones instaladas en su teléfono, según la compañía de ingeniería de productos SimForm. Como hay que ir mirando una a una, este proceso puede llevar unos minutos.

Programar a qué hora entran las notificaciones

No todas las notificaciones requieren una atención inmediata. Para evitar que las de todas las aplicaciones salten en tiempo real, es posible activar una función para que entren en el teléfono en unos horarios determinados. Dentro de los ajustes, hay que pulsar en “notificaciones” y “resumen programado”. Al activar esta opción, es posible escoger a qué horas se quiere que lleguen las notificaciones —por ejemplo, a las nueve de la mañana y a las tres y siete de la tarde— y de qué aplicaciones en concreto —por ejemplo, de Gmail, Twitter e Instagram—. Cada app aparece en una lista junto al número medio de notificaciones que el usuario recibe cada día de ella.

Activar los modos de concentración

Los modos de concentración del iPhone sirven para evitar las notificaciones constantes y permiten filtrarlas en función de lo que el usuario hace en cada momento, según la compañía de Cupertino. Por ejemplo, si hace ejercicio, descansa, juega a videojuegos, lee, conduce, trabaja o simplemente disfruta de su tiempo libre.

Notificaciones ios

En los ajustes del teléfono, hay un apartado llamado “modos de concentración”. De manera predeterminada, hay varios creados: no molestar, descanso, lectura, trabajo y tiempo libre. Al pulsar en cualquiera de ellos, se puede elegir de qué aplicaciones o personas sí se quieren recibir notificaciones cuando esté activado. También es posible establecer si se desea o no recibir llamadas entrantes y, en el caso de que sí, de quién —de todo el mundo, de algunas personas permitidas o solo de los contactos favoritos—. Además, el usuario puede permitir las llamadas repetidas. Es decir, si una misma persona vuelve a llamar en menos de tres minutos, la llamada no se silenciará.

Si hay algo que hace únicos a estos modos de concentración, es que pueden activarse automáticamente en función del momento del día, de la ubicación geográfica o de si se utiliza una aplicación en concreto. Por ejemplo, se puede activar un modo determinado de 8 a 12 de la mañana de lunes a viernes, al llegar a una dirección determinada o al abrir la app de libros.

Fuente: El País/Isabel Rubio.

Más allá del iPad: por qué la tinta electrónica se consolida como alternativa a las tabletas

Se recuperan los dispositivos que carecen de notificaciones para huir de la hiperconexión.

Magnus Wanberg inventó reMarkable, una tableta con tinta electrónica que ya ha vendido más de un millón de unidades.
Magnus Wanberg inventó reMarkable, una tableta con tinta electrónica que ya ha vendido más de un millón de unidades.

La tecnología deja de ser útil cuando es el usuario quien le rinde cuentas a ella y no al revés. Un estudio llevado a cabo por el portal de servicios Asurion, desveló que los estadounidenses consultan la pantalla del móvil en busca de notificaciones un promedio de 352 veces al día, o lo que es lo mismo, una vez cada 2 minutos y 43 segundos. Todo un despropósito en términos de productividad y un tiempo perdido de forma consistente e irremisible.

¿Por qué miramos con tanta frecuencia el móvil? Más allá de la lógica preocupación por atender una notificación que pueda ser importante, entra en juego lo que los expertos han denominado como FOMO (por las siglas en inglés de temor a perderse algo). Este síndrome responde a la inagotable sensación de perderse algo, al no estar atentos al móvil, aunque también a la necesidad de una dosis de dopamina al descubrir que una foto en Instagram sigue recibiendo me gustas.

El nuevo oasis: acabar con las notificaciones

Ante esta circunstancia, intentar leer relajadamente un libro resulta una misión muy ambiciosa, a no ser que se tenga una fuerza de voluntad inquebrantable. Y qué decir si la lectura de la novela es en una tableta o, peor todavía, en el propio teléfono. Alguno podrá pensar que poner el móvil en silencio o en modo no molestar le conseguirá aislar de las notificaciones y centrarse en otra actividad. Craso error: un grupo de investigadores de la universidad Penn State ha comprobado que anular las notificaciones solo empeora las cosas y se consulta todavía más la pantalla, por si acaso.

¿Qué hacer, entonces? La única solución, tan radical, como efectiva, consiste en eliminar la posibilidad de recibir las notificaciones. Vamos, que el dispositivo, por diseño, no disponga de alertas. Una aberración en una sociedad cada vez más dependiente de las notificaciones, que llegan incluso a las muñecas de sus usuarios a través de los relojes inteligentes.

El noruego Magnus Wanberg vivió en carne propia la tiranía de las notificaciones mientras cursaba sus estudios universitarios, hasta el punto de tomar la decisión de dejar el móvil y el portátil en casa y equiparse únicamente en la universidad con una libreta y un bolígrafo. Esa decisión, a la postre, le cambiaría la vida, puesto que fue la semilla que más tarde daría la vida a reMarkable, una tableta con tinta electrónica de la que se llevan vendidas más de un millón de unidades y va por su segunda versión.

Wanberg esquivó el acoso de las notificaciones volviendo a lo esencial: un bloc de notas y un bolígrafo, y básicamente esto es lo que hace una tableta con e-ink, aunque aplicando unas interesantes innovaciones tecnológicas que las convierten en una categoría en sí mismos:

Pantalla táctil monocolor y con tecnología E-ink

Este tipo de pantalla emula con gran fidelidad la experiencia del papel, hasta el punto que tanto el sonido como el tacto, al deslizar el lápiz sobre la pantalla, son casi idénticos. Por otro lado, la tecnología de la tinta electrónica permite un consumo ínfimo de la batería, con lo que su duración puede ser de varios días con una sola carga.

Los lectores de libros electrónicos son la mejor referencia de esta tecnología, y sus poseedores saben que, a diferencia de las pantallas de los móviles y tabletas, se puede leer bajo la luz directa del sol.

Unos dispositivos que no tienen notificaciones

Pero posiblemente el aspecto más destacado de esta nueva categoría de productos reside en la ausencia total de interrupciones derivadas de las notificaciones. Las tabletas con tinta electrónica únicamente sirven para hacer anotaciones y leer documentos o libros electrónicos; no hay ninguna ventana que nos interrumpa y, por descontado, carecen de redes sociales.

“Una notificación puede generar un amplio rango de emociones y de reacciones químicas relacionadas con la dopamina, serotonina, endorfinas y el cortisol. Sus efectos pueden incluir desde placer y excitación hasta estrés y ansiedad, e incluso pueden provocar adicción”, explica a EL PAÍS Ignacia Arruabarrena, profesora agregada del Departamento de Psicología Social de la Universidad del País Vasco.

“La atención repetida a las notificaciones puede llegar a generar un proceso de condicionamiento que motive una respuesta involuntaria, de forma que, aunque la persona esté en medio de algo realmente importante, se lleve la mano al móvil cuando sabe que ha recibido una notificación. Es muy difícil ignorar una notificación, sea visual o auditiva”, concluye.

Amazon entra de lleno en ese mercado

reMarkable lleva capitaneando, casi en solitario, el mercado de las tabletas e-ink y la segunda iteración de su producto ha eliminado por completo los inconvenientes iniciales del primer modelo. Este sensacional dispositivo ofrece una plataforma en la que el usuario, mediante gestos y una completa integración con otros dispositivos, puede gestionar sus anotaciones. El mérito de este fabricante reside en combinar la sencillez del producto (una tableta con un lápiz), con las posibilidades de una potente herramienta de trabajo.

El usuario cuenta con una paleta de múltiples herramientas para escribir o dibujar (bolígrafo, marcador, lápices…); puede cortar, pegar y mover los dibujos entre los diferentes cuadernos y cuenta varias plantillas sobre las que iniciar un nuevo proyecto. Así, se puede emplear como calendario, como agenda de tareas, o simplemente como bloc de notas con distintos diseños. Por último, la sincronización en la nube facilita que estas notas puedan ser compartidas con otros usuarios como PDF. reMarkable ha integrado a la perfección la función compartir de sus aplicaciones móviles, con lo que se puede adjuntar un cuaderno con prácticamente cualquier aplicación.

La startup noruega abrió la veda de los cuadernos de tinta electrónica, pero ha sido la reciente entrada de Amazon en este mercado la que lo ha consolidado. Los de Jeff Bezos ha irrumpido en el mismo con el versátil Kindle Scribe, un lector de libros electrónicos vitaminado con un lápiz y la capacidad de operar como bloc de notas. Resulta curiosa la aproximación al segmento de los norteamericanos, puesto que, partiendo de un mismo hardware, ofrecen al usuario un valor añadido a lo que realmente es su fuerte: la biblioteca de libros Kindle.

El Kindle Scribe juega sus bazas con habilidad: por un lado, es el lector de libros electrónicos de la casa de mayor tamaño (y como apuntamos, con acceso a la ingente biblioteca Kindle), pero por otro, incorpora una función bautizada como “Cuaderno”, que es donde araña con fuerza el mercado de reMarkable. La irrupción de Amazon en el segmento de los cuadernos electrónicos supone la confirmación de saber que hay vida más allá de las tabletas convencionales, si bien, queda un largo camino por recorrer en lo que respecta a la plataforma.

Así, reMarkable cuenta con un sistema operativo plagado de funciones y ya contrastado en el mercado, mientras que Amazon ofrece una plataforma, inicialmente, mucho menos completa. Aunque cabe esperar que el Scribe vaya incorporando funciones en sucesivas versiones hasta enfrentarse cara a cara con el dispositivo de los noruegos. Por otro lado, Scribe cuenta con un contundente as en la manga: una pantalla retroiluminada que hace posible su uso sin necesidad de luz exterior, algo de lo que carece reMarkable.

Las tabletas de tinta electrónica suponen un interesante regreso a lo básico y funcional, y una huida a la sobresaturación de estímulos provenientes de redes sociales y demás notificaciones en las que el usuario pierde el grueso del tiempo.

Fuente: José Mendiola Zuriarrain.

La guía definitiva para cargar correctamente el móvil (y cómo solucionar los principales problemas)

Mitos y verdades acerca de los procesos para mejorar la duración de la batería de los dispositivos

Un teléfono conectado a un cable de carga.
Un teléfono conectado a un cable de carga .KINGA KRZEMINSKA (GETTY IMAGES)

Uno de los principales argumentos de venta de los fabricantes de móviles es la duración de la batería. Cada vez son más las aplicaciones que hacen uso del procesador (redes sociales, vídeos, juegos…) y, por tanto, las necesidades de carga de hace unos años ya no son las mismas. Por otro lado, los móviles son —en aras del diseño— cada vez más compactos y estilizados. ¿Cómo optimizar correctamente el uso de la batería y cómo hacer frente a los principales problemas al cargarla?

Qué hacer si el móvil no carga

Limpiar el puerto de carga. Hay pocos escenarios más desalentadores que enchufar el cable de alimentación al móvil y comprobar que no pasa absolutamente nada. Uno de los principales motivos se puede encontrar en el puerto de carga. “Se trata de uno de los problemas más habituales”, explica José Hernández, de la empresa de reparaciones Europa3G, quien recomienda “limpiar el puerto, que puede estar obstruido”, pero hacerlo “siempre con objetos blandos como el cabezal de un cepillo de dientes y con el móvil apagado”. De esta manera, un simple soplido o cepillado puede devolver a la vida al móvil y su proceso de alimentación habitual.

Probar con otro cable (y otro enchufe). Hernández explica que otro de los problemas en el proceso de carga puede encontrarse en el cable. “Es posible que los pines de conexión estén doblados o dañados por haber introducido mal el cargador o usar uno de baja calidad”, explica. “En ocasiones se quedan partes dentro del propio móvil”, añade. ¿Cómo saber si el cable es el responsable de los problemas de carga y debe sustituirse? La mejor opción es tan simple como “probar con otro cable, puesto que la mayoría de los problemas provienen de este y no del enchufe de pared”, sugiere este centro de reparaciones. Si con un nuevo cable, el móvil sigue sin cargar, y antes de correr al servicio técnico, no cuesta mucho probar con otro enchufe; será menos habitual, pero puede tratarse de un problema de corriente en la casa.

Cuidado si se moja. Es menos frecuente, pero sucede: en ocasiones los móviles se caen al agua o se mojan durante un chaparrón. Ya sabemos qué hay que hacer y qué no debe hacerse, pero ¿qué precauciones hay que tener en cuenta a la hora de cargar un móvil mojado accidentalmente? Lo principal es “nunca ponerlo a cargar hasta que pasen unas horas”, ya que la entrada de corriente puede causar daños irreparables en los circuitos interiores.

Reiniciar el móvil. En ocasiones, el problema de carga puede encontrarse en el propio dispositivo y tanto Google como Apple recomienda hacer una simple prueba que puede solucionar todos los problemas: reiniciar el móvil. Tras ello y para comprobar si este era el problema de carga, se recomienda dejarlo enchufado al menos media hora.

Cómo conseguir que la salud de la batería sea óptima

No abusar de la carga inalámbrica y la carga rápida. Los fabricantes se han esforzado por simplificar a los usuarios de sus móviles los procesos de carga. En este sentido, tanto la carga inalámbrica (dejar el móvil sobre una base que inicia la alimentación sin cables) como la carga rápida (sistemas que aceleran el proceso de la misma), suponen un gran avance. Pero su uso excesivo paga un peaje: “La carga inalámbrica erosiona más la batería”, explica Javier Lacort, bloguero y podcaster en tecnología, y conviene no abusar de ella “si lo que queremos es preservar la salud de la batería al máximo posible”. Lacort advierte asimismo sobre un empleo excesivo de los sistemas de carga rápida: “No debemos abusar de ella, salvo que sea necesario”. Estos, cuenta, generan “un mayor estrés para la batería”, con lo que lo ideal es emplearlos “únicamente cuando sea imprescindible”.

No hay problema en dejar el móvil cargando por las noches. Uno de los mitos más asentados en torno a la batería del móvil consiste en creer que es perjudicial dejar el móvil cargando toda la noche. Es una herencia de las anteriores baterías que no afecta a las actuales, de ion-litio. Los móviles actuales cuentan, por otro lado, con sistemas que optimizan la carga según los hábitos del usuario. Es decir, si alguien se despierta a diario a las siete de la mañana, el móvil cargará hasta el 80%, para completar la carga restante minutos antes de esa hora. Se trata de “un mito que no es cierto”, según confirma Fran Besora, creador de la comunidad Apple en español en Twitter. Este experto recomienda cargar el móvil por la noche, y “si ves que no llegas, cargar un poco más durante el día”. Samsung confirma asimismo que “el efecto negativo que pueda tener un exceso de carga durante mucho tiempo es despreciable” y, en cualquier caso, “el teléfono no sigue cargando cuando llega al 100%: el proceso para, y vuelve a cargar cuando baja de 100″.

La regla del 80-20. Si bien los fabricantes intentan que el cliente se despreocupe por completo, para garantizar una larga vida de la batería, lo mejor es no dejar que esta se agote del todo. Es la famosa regla del 80-20, o lo que es lo mismo, intentar que la batería se mantenga la mayor parte del tiempo en ese rango. En este sentido, lo que mejor sienta a la salud de la batería son pequeñas cargas parciales durante el día y no dejar que se agote por completo. Este consejo es corroborado por Hernández: “La recomendación en cuanto al uso y conservación de nuestra batería en buen estado es intentar mantener siempre una carga entre el 20% y el 80%”.

Usar cargadores oficiales y… despreocuparse. Otro aspecto que recomienda el grueso de los fabricantes reside en utilizar siempre cargadores de la casa (o bien homologados por ello), para estirar al máximo posible la duración de la batería. Y por último, posiblemente el consejo de mayor valor: no obsesionarse con el asunto. “Hay gente que se gasta un dineral en móviles carísimos y luego se dejan la salud al estar preocupados con la batería”, según explica Lacort. Y las cifras avalan esta tesis: los ciclos de renovación de los móviles, en la actualidad, están muy por debajo de la vida útil de una batería. Esto es, lo más normal es adquirir un nuevo terminal antes de que esta se degrade por completo.

Fuente: El País/José Mendiola Zuriarrain.

Trucos para gestionar la sobrecarga de correos electrónicos desde el móvil

Tanto Gmail como Apple Mail incluyen herramientas para organizar, destacar y eliminar emails rápidamente

Cada año se mandan más emails. Si en 2021 se enviaron y recibieron aproximadamente 319.600 millones de correos electrónicos al día, se prevé que esta cifra aumente a 376.400 millones para 2025, según Statista. Una persona recibe, de media, más de 100 mensajes al día y suele preferir abrirlos en el móvil. EL PAÍS pone a prueba algunos trucos y herramientas para gestionar la sobrecarga de correos desde Gmail y Mail, las dos aplicaciones que acaparan una mayor cuota de mercado.

Borrar y ordenar mensajes con solo deslizar el dedo

Para administrar una ingente cantidad de correos sin perder tiempo, puede resultar muy útil borrarlos, marcarlos como leídos o archivarlos con solo deslizar el dedo. Activar esta función es muy sencillo. En Gmail, basta con pulsar en el ícono de menú en la esquina superior izquierda, ir a los ajustes y seleccionar la opción “acciones al deslizar el dedo en el correo”. El usuario puede escoger qué ocurre con un email en concreto cuando desliza el dedo por encima de él hacia la derecha o la izquierda. Es posible archivarlo —despejando así la bandeja de entrada pero sin eliminar el mensaje—, enviarlo a la papelera, marcarlo como leído o no leído, moverlo o posponerlo. Esta última opción permite quitar un correo temporalmente de la bandeja de entrada y recibirlo en la fecha y hora elegida.

En Mail, la app instalada de forma predeterminada en los iPhone, es posible personalizar estas acciones en los ajustes generales del teléfono. En el apartado “Lista de mensajes” de la app Mail, hay que elegir “opciones de deslizamiento”. En este caso, el usuario puede marcar un correo como leído, archivarlo, destacarlo con un indicador para poder encontrarlo más fácilmente en cualquier momento y moverlo a otra carpeta.

Eliminar correos y suscripciones no deseadas

Ambas aplicaciones incluyen una opción para eliminar varios mensajes a la vez sin tener que deslizar el dedo por la pantalla una y otra vez. En Gmail, hay que tocar el icono circular que está a la izquierda de cada correo electrónico y después pulsar en el símbolo de una papelera que aparece en la parte superior de la pantalla. En Mail, tras tocar en el botón “editar”, es posible seleccionar varios emails y eliminarlos pulsando en la opción “papelera” en la parte inferior derecha de la pantalla.

En ocasiones, la bandeja de entrada se alimenta de decenas de mensajes y newsletters de listas de organizaciones y empresas. Para dejar de recibirlos, normalmente basta con ir al final de un correo y buscar un enlace que permita darse de baja. La aplicación Mail suele ponerlo más fácil. Al entrar en el email en cuestión, a menudo aparece en la parte superior de la pantalla una pestaña que indica que se trata de un “mensaje de una lista de correo” y permite anular la suscripción rápidamente.

Organizar y destacar los emails

Ante una avalancha de correos electrónicos, las etiquetas de Gmail pueden ser de gran ayuda para mantener un poco de orden. Se trata de una especie de marcadores que permiten clasificar los mensajes. Por ejemplo, los de “trabajo”, de “facturas” o de “viajes”. Empezar a utilizarlas apenas lleva unos segundos. Hay que pulsar en el ícono de menú en la esquina superior izquierda de la pantalla y elegir la opción de crear etiqueta. De esta forma, es posible agrupar los emails y tenerlos ordenados en una especie de carpetas para localizarlos más fácilmente.

Gmail también permite destacar de forma manual algunos mensajes. Para ello, el usuario puede tocar en una estrella que aparece a la derecha de cada correo. Después, basta con ir al apartado de “Destacados” para consultarlo. Desde el ordenador, hay más posibilidades. En lugar de usar una única estrella de prioridad, es posible seleccionar varias diferentes de colores y otros símbolos —como una exclamación roja o un tic verde—. Si se quiere activar esta opción, hay que ir al menú de configuración, pulsar en la pestaña “General” y seleccionar la opción “estrellas”. Ahí, es posible elegir entre tres configuraciones: usar solo una, cuatro de diferentes colores o todos los símbolos.

Gestionar las notificaciones

Recibir emails constantemente puede resultar agotador. Para gestionar el flujo de correos que llegan en cada momento y aumentar la productividad, es aconsejable controlar las notificaciones. Aquí lo primero a tener en cuenta es si quieren desactivar por completo o no. En el primer caso, hay que ir a los ajustes generales del teléfono, pulsar en la app en cuestión (Gmail o Mail), entrar en notificaciones y desactivar la opción que las permite.

En el caso del iPhone, si se deciden mantener activadas las notificaciones de cualquiera de estas aplicaciones, es posible ajustar dónde y cómo aparecen en el dispositivo: en la pantalla bloqueada, en el centro de notificaciones —al que se accede deslizando un dedo hacia abajo desde el centro de la parte superior de la pantalla— o en tiras —las notificaciones que se muestran durante unos segundos arriba del panel cuando se recibe un email mientras se usa el móvil—.

Gmail permite, además, escoger si se quieren recibir las notificaciones de todos los correos o solo las de aquellos que tienen una prioridad alta. La app utiliza varias señales para marcar automáticamente qué emails son importantes. Por ejemplo, tiene en cuenta a quién escribe el usuario y con qué frecuencia, qué mensajes abre, responde o elimina y las palabras clave de los que suele leer. Junto a los correos que Gmail considera que son importantes, aparece una flecha pequeña amarilla.

‘Widgets’ para estar al día

Para echar un vistazo rápido a la bandeja de entrada sin necesidad de abrir la aplicación, es posible agregar un widget de correo a la pantalla de inicio. Esta alternativa es especialmente útil si se tienen desactivadas las notificaciones. En la mayoría de móviles con Android, hay que presionar en un área vacía de la pantalla de inicio hasta que aparezca el menú widgets. Después, hay que seleccionar Gmail y fijarlo en cualquier lugar del panel.

En el iPhone, estos bloques con información de una app en concreto se instalan de forma similar: hay que dejar pulsado un área vacía de la pantalla de inicio hasta que los íconos comiencen a moverse, tocar el botón + en la esquina superior izquierda y elegir el widget deseado. Gracias a esta función, es posible visualizar en la pantalla de inicio a los tres o cuatro últimos emails recibidos y acceder a ellos rápidamente.

FUENTE: DIARIO EL PAÍS / ISABEL RUBIO

Twitter eliminará las imágenes que se compartan sin el consentimiento de quien aparece en ellas

La plataforma ha modificado su política sobre información privada para incluir las imágenes y los vídeos, que hasta ahora no formaban parte de los contenidos de terceros que impedía compartir

Un usuario de Twitter consulta la red social en su teléfono móvil.
Un usuario de Twitter consulta la red social en su teléfono móvil. UNSPLASH

Si un usuario publica las coordenadas de otra persona sin su permiso, Twitter le da un aviso y elimina la información. Si ese usuario reincide, será la última vez que lo haga: su cuenta quedará suspendida de manera permanente. Hasta el martes, la compañía consideraba una violación de sus normas comunitarias compartir la dirección, la ubicación, el DNI, el número de teléfono o la cuenta bancaria de un tercero sin su consentimiento (siempre que no hubiera sido publicado en otra plataforma o web antes), pero no ocurría igual con las imágenes y los vídeos. Esta semana, Twitter ha actualizado su política sobre información privada para incluir el contenido audiovisual y ahora los usuarios que compartan imágenes o vídeos sin consentimiento de quienes aparecen en ellos se enfrentan a la suspensión temporal hasta que el contenido quede eliminado. La medida se anunció solo un día después de que la compañía comunicara el relevo del consejero delegado, Jack Dorsey ―fundador en 2006 de la compañía―, por el ingeniero indio Parag Agrawal.

El motivo esgrimido por Twitter para tomar esta decisión es proteger sobre todo a ‘‘mujeres, activistas, disidentes y miembros de minorías’’, que pueden verse perjudicados a nivel emocional e incluso físico de manera desproporcionada con respecto al resto de la población (aunque pueda verse afectada cualquier persona). En su blog oficial, Twitter explica que ‘’hay una preocupación creciente por el mal uso de las imágenes, los vídeos y la información no disponible en ningún otro lugar de la red y que se utiliza para acosar, intimidar o poner al descubierto la identidad de los individuos’’, e insiste: ‘’Esto nos va a permitir tomar medidas con el contenido audiovisual que no sea expresamente abusivo, cuando se publique sin el consentimiento de la persona que aparezca representada’’.

La compañía también establece que la norma ‘’no es aplicable al material audiovisual referido a figuras públicas cuando la imagen y el texto que la acompaña se comparta en aras del interés público o añada valor al discurso público’’. Si el objetivo de esa publicación fuera acosar, intimidar o silenciar a través del miedo a dichos personajes, se eliminaría el contenido por la política de comportamiento abusivo.

A los medios de comunicación tampoco se les aplicaría la política, dado el interés público de sus contenidos y el derecho a informar que los ampara. De hecho, uno de los dos criterios que destaca la plataforma para mantener una publicación y no destruirla es precisamente que la imagen o vídeo ya haya sido publicada por un medio. El otro supuesto es que estuviera circulando por internet antes de que el usuario la compartiera. Twitter defiende que siempre evaluará el contexto y puede que decida mantener una imagen en lugar de eliminarla. En todo caso, se requerirá al afectado una declaración sobre la foto o el vídeo en cuestión para evaluar cada caso concreto antes de tomar alguna medida.

Algunos usuarios han manifestado sus reticencias ante el cambio en la política: ‘‘Esto es horrible. Las imágenes incluyen las de personas aleatorias, estén o no en el fondo de la foto, a las que no puedes coger y preguntarles si les importa que publiques una foto que les acabas de sacar’’, ha planteado @itsblrose. Este y otros comentarios han llevado al debate sobre los memes, que en muchas ocasiones han convertido a individuos desconocidos en celebridades. La cuestión que se plantea es que, aunque Twitter no pretende eliminar cualquier imagen tomada sin consentimiento (como las de personajes públicos o aquellas que ya circulaban por internet), ¿qué ocurre si un usuario es el primero en subir un potencial meme? ‘‘Dado que la mayor parte de los memes y gifs conciernen a individuos privados que no han dado su permiso para utilizar su foto o vídeo para ese propósito, ¿va a vetar Twitter los memes y los gifs a partir de ahora?’’, se ha preguntado @russish.

El caso del humor gráfico puede resultar anecdótico, pero preocupan en mayor medida las grabaciones o capturas de violaciones de derechos humanos, como el asesinato de George Floyd en Minneapolis el pasado año. Gracias a su publicación, adquirió una notoriedad que potenció enormemente el movimiento Black Lives Matter y desencadenó protestas masivas en todo el mundo para exigir justicia. ¿Qué habría ocurrido en ese supuesto con esta nueva política? El usuario que subió el vídeo a la red, ¿se vería obligado a eliminarlo si, por ejemplo, el policía condenado por su homicidio, Dereck Chauvin, hubiera declarado a Twitter que en ningún momento se le había consultado? La compañía lo aclara en su comunicado: ‘‘Sabemos que hay casos en los que se comparten imágenes o vídeos con la intención de ayudar a alguien que pasa por una situación crítica (…) o como parte de un suceso noticioso de interés público, eso puede hacer que pese más la seguridad’’.

El gurú del periodismo Jeff Jarvis también ha manifestado en la propia plataforma sus dudas con respecto al cambio de política, aunque ha ido más allá: ‘’Estoy muy confundido. ¿Esto quiere decir que, si saco una foto, por ejemplo, en Central Park, necesito el permiso de todas las personas que aparezcan?’’. Aunque Twitter lo ha aclarado: ‘‘Las imágenes o vídeos que muestren a personas participando en eventos públicos, como protestas o citas deportivas, generalmente no violarían esta política’’.

Instagram ya contaba con un formulario para quien quisiera solicitar la retirada de una imagen que no quería que estuviera en la plataforma, aunque la compañía recomienda, antes de nada, pedirle directamente a la persona que subió la fotografía que la elimine. Facebook, por su parte, advierte: ‘’Si te molesta una foto en la que te han etiquetado, puedes eliminar la etiqueta. Facebook no puede hacer que la gente elimine fotos si estas no infringen nuestras condiciones del servicio’’. El deber de solicitar el consentimiento al subir una imagen en la que aparece una segunda persona sigue generando dudas. Algunos expertos creen que, cuando alguien posa para una fotografía, está otorgando un consentimiento tácito, pero, para otros, eso no constituye una señal suficiente que indique permiso de publicación, solo se daría por sentado el acuerdo para aparecer en la imagen. La política de Twitter se encuentra más orientada a las imágenes tomadas sin ninguna clase de permiso, por lo que no parece que un selfi pudiera generar problemas a los usuarios.

Fuente : El País / Clara Rebollo .