Archivo por meses: noviembre 2023

Un estudio desvela cómo las gigantescas proporciones del castillo soriano de Gormaz lo convertían en indefendible

Los arqueólogos excavan la mayor fortaleza altomedieval de Europa y demuestran que en el siglo XIV se levantó otra más pequeña en su interior para hacer frente de forma efectiva a los ataques

Silueta del castillo de Gormaz, en la provincia de Soria.
Silueta del castillo de Gormaz, en la provincia de Soria. ANA NÚÑEZ AGUDO

Era una fortaleza tan enorme ―sus murallas se alargaban 1,2 kilómetros flanqueadas por 28 grandes torres― que sus ocupantes en el siglo XIV decidieron levantar un castillete, de menores dimensiones, en su interior porque no podían abarcar todo su perímetro defensivo. La sorprendente fortificación de Gormaz (Soria), la más grande de las construidas en el siglo X en Europa, ha caído bajo la lupa de los expertos Manuel Ángel Hervás (Baraka Arqueólogos) y Manuel Retuerce (Universidad Complutense de Madrid), que en el estudio La intervención arqueológica de 2022 en el patio de armas de la fortaleza de Gormaz, publicado por la revista Mantua, han destapado aspectos totalmente desconocidos de esta mole pétrea levantada por el califa Abderramán III para defender la frontera norte de Al-Ándalus. Han desvelado, por ejemplo, que dadas sus gigantescas proporciones su defensa resultaba sumamente complicada, a pesar de levantarse sobre un escarpado cerro de 130 metros de altura. Como se necesitaban abundantes tropas en su interior para cubrir todo su perímetro, fue tomado sucesivamente por cristianos y andalusíes. Las excavaciones han proporcionado, además, el hallazgo de numerosos objetos militares y de la vida cotidiana de sus sucesivos moradores, entre ellos monedas medievales cristianas, una brigantina (coraza) del siglo XIV o XV o cerámica islámica.

La impresionante edificación militar de Gormaz se levanta sobre un cerro amesetado largo y estrecho. Desde su altura, se distingue el río Duero por el sur, oeste y norte. Su excepcional ubicación permite distinguir en lontananza toda la comarca, incluyendo el Moncayo, los Picos de Urbión y el Sistema Central en los días despejados. Fue construida sobre una primera fortificación emiral de tierra y se convirtió en “cabeza de puente” y epicentro de la defensa de la frontera contra los pujantes reinos de Navarra y Castilla. Se caracteriza fundamentalmente por su particular configuración, que se adapta con precisión a la abrupta topografía irregular del otero. Es visitable ―conserva la alcazaba, torres, puertas califales y muros de más de 10 metros de altura― y a sus pies se alza un pequeño centro de interpretación del románico, ya que toda esta parte de la provincia de Soria luce numerosas iglesias de este periodo histórico.

Puerta califal de la fortaleza. Al fondo, la vega del Duero.
Puerta califal de la fortaleza. Al fondo, la vega del Duero. ANA NÚÑEZ AGUDO

Con el califa Al-Hakam II (915-976) conoció uno de los periodos de mayor esplendor. Pero entre 940 y 965 fue ocupado por los cristianos, que lo perdieron a continuación ante las tropas musulmanas del general Galib. En 1047, fue conquistado de nuevo por Fernando I de Castilla. Su primer alcaide fue Rodrigo Díaz de Vivar, El Cid Campeador(1081). En el siglo XIV, a causa de las guerras civiles entre Pedro I y sus hermanos, se reforzaron distintas zonas y se le añadieron almenas prismáticas. Con los Reyes Católicos se convirtió en cárcel.

Los arqueólogos analizaron el año pasado 114 metros cuadrados de su superficie y profundizaron hasta los 1,91 metros en el sector central de la fortaleza, el área que se sitúa entre el patio de armas y el alcázar. Los resultados han confirmado tanto la fase de construcción emiral de tierra como la califal, de mampostería y sillarejo, así como una tercera que se extiende en el interior de la fortaleza y que se corresponde a otro castillo más pequeño y cuadrangular levantado por los cristianos.

Vista del castillo desde la carretera de entrada a Gormaz.
Vista del castillo desde la carretera de entrada a Gormaz. ANA NÚÑEZ AGUDO

“La nueva intervención arqueológica ha documentado modificaciones de gran calado en la estructura defensiva del recinto, acometidas en el contexto de las guerras civiles castellanas del siglo XIV”, señala el estudio. “Dichas reformas son legibles no solo en el interior del área excavada, sino también en los restos de muro de su entorno, pues se identificaron varias reformas, tanto en el sistema de acceso al interior de la fortaleza desde el sur como en la distribución interna del sector central, con nuevos edificios de carácter defensivo intramuros y con una gran torre interior”, detalla Manuel Retuerce.

Vista de la sala de armas del castillo desde el interior de una de las torres.
Vista de la sala de armas del castillo desde el interior de una de las torres. ANA NÚÑEZ AGUDO

Todas estas edificaciones configuran un cuadrilátero de alrededor de 60 metros de largo por unos 30 de ancho, con dos torres, una en el sureste y otra en noreste, “lo que remarca su vocación defensiva”. Un muro cerraba transversalmente todo el espacio. “Como hipótesis de trabajo a contrastar en futuras intervenciones, planteamos la posibilidad de que dichas estructuras se correspondan con recintos defensivos interiores, a modo de atajos, construidos en el siglo XIV para facilitar la defensa de la plaza durante alguna de las guerras civiles libradas entonces. Es posible que las tropas acantonadas en el interior no fuesen lo suficientemente numerosas como para garantizar por sí mismas la defensa de todo el perímetro amurallado y que, en consecuencia, se tomase la decisión de sectorizar el espacio intramuros por medio de recintos defensivos internos más pequeños”, indica Retuerce.

Además, al excavar los arqueólogos hallaron, entre otros objetos, el borde de una urna celtibérica ―lo que atestigua una ocupación bimilenaria del cerro―, un ataifor (plato) de época califal, cazuelas, una moneda de época de Fernando IV (1295-1312) acuñada en Cuenca, otra de Alfonso X (1221-1284), fragmentos de ollas y cazuelas cristianas del siglo XIII, importantes cantidades de huesos de ovicápridos y bóvidos, dos escápulas de bóvido con letras grabadas en árabe, fragmentos de cerámica como ollas, tapaderas, jarros vertedores, jarritos, cántaros, cantarillos y escudillas de adscripción cultural cristiana (siglos XIII y XIV), así como dardos de ballesta, clavos, pasadores y placas de hierro. Además de todos esos materiales, destacan los expertos, se recuperaron dos placas de una brigantina de entre los siglos XIV y XV.

Moneda del reinado de Alfonso X hallada en el castillo de Gormaz.
Moneda del reinado de Alfonso X hallada en el castillo de Gormaz.

De los 393 testimonios cerámicos inventariados, la gran mayoría (305, el 77,6% del total) posee una cronología bajomedieval, del siglo XIV o XV. Anteriores a este periodo se localizaron cinco fragmentos de la Edad del Bronce (1,27%), uno de la del Hierro (0,25%), 24 celtibéricos (6,10%), un fragmento de terra sigillata hispánica (0,25%), otro posiblemente de época visigoda (0,25%), 13 andalusíes y 43 de los siglos XIII y XIV.

En definitiva, concluye el estudio, se ha podido documentar en el interior de la fortaleza “la fachada oriental de un edificio de grandes proporciones, de naturaleza defensiva, construido en el siglo XIV, intramuros del recinto islámico precedente, a modo de atajo o sectorización de este último, y del que hasta el momento no se tenía ninguna referencia”. Porque el castillo era de tales proporciones, pensaron sus moradores, que uno más pequeño lo haría más defendible. Y dieron en la diana. Nadie volvió a tomarlo.

Fuente: El País/Vicente G. Olaya.

Espigoladors: las jubiladas que salvan cosechas para personas en situación vulnerable

El obrador Es im-perfect elabora conservas con excedentes del campo o frutas y verduras que no se pueden vender por motivos estéticos. Desde 2018 han salvado de la basura 2.304 toneladas de alimentos

Voluntarias recogen espinacas en un campo de Gavà con la Fundación Espigoladors.
Voluntarias recogen espinacas en un campo de Gavà con la Fundación Espigoladors. GIANLUCA BATTISTA

Mientras los aviones sobrevuelan los campos con rumbo al aeropuerto del Prat, una quincena de personas voluntarias de la Fundación Espigoladors se agachan para cosechar, sin prisa pero sin pausa, un bancal de espinacas en Gavà, dentro del Parque Agrario del Baix Llobregat, a las puertas de Barcelona. En un margen, Josep Raventós les observa con posado severo, aceptando todavía que al menos así estas hortalizas, que están en perfecto estado, no se van a tirar. “No me las compran, el mercado está saturado”, cuenta este agricultor un miércoles soleado de inicios de primavera. Los espigadores, la mayoría mujeres jubiladas, se afanan a preparar cajas llenas de manojos. En breve llegarán otros voluntarios, los de las entidades sociales que repartirán estos alimentos a personas en situación de vulnerabilidad.

Han pasado más de 160 años, pero la labor de la Fundación Espigoladors no difiere mucho de lo que hacían las protagonistas de Las espigadoras, el cuadro que pintó Jean-François Millet en 1857, donde tres mujeres con falda larga y la cabeza cubierta recogen los sobrantes de una cosecha, como espigas de trigo. Esta imagen sigue siendo el referente para la entidad que, además de ir al rebusco de alimentos rechazados por el circuito comercial, tiene como otra pata fundamental el proyecto Es im-perfect, un obrador donde se elaboran mermeladas, patés vegetales, cremas, sofritos y compotas con frutas y verduras recuperadas.

El objetivo de Espigoladors es “fomentar esta actividad como estrategia para reducir las pérdidas y el despilfarro alimentario, facilitar el acceso a una alimentación adecuada para todo el mundo e impulsar la transformación social”, cuenta Anna Gras, responsable de comunicación de la fundación, que nació en 2014 sobre dos premisas: “Hay comida en muy buen estado que se tira cada día”, mientras “hay personas que no están bien alimentadas y pasan hambre”. Es la paradoja de “un sistema alimentario insostenible y que crea desigualdades”, lamenta. Su labor empieza en el campo, pero se apoya en su tienda online y 800 puntos de venta —tiendas de barrio y proximidad y en el supermercado catalán Bon Preu— para que la gente pueda comprar sus conservas artesanas.

Es la primera vez que Raventós cede su cosecha a la fundación, pero esta ya cuenta con 233 productores colaboradores y 2.304 toneladas de productos salvados de la basura. En el campo de Gavà, cuando las primeras cajas están preparadas, llega una furgoneta de una entidad social de Sant Boi de Llobregat, la Botiga Solidària. Chema Rojas lleva seis años al volante de este vehículo, que a las 10.00 h de la mañana ya ha pasado por otros sitios, como el Banc dels Aliments, donde ha recogido 900 kilos de fruta, y por tres guarderías, donde les guardan congelados los menús que sobran cada día. Todo se repartirá entre familias de su municipio que viven en la pobreza.

Una quincena de voluntarios, mayoritariamente mujeres, recoge espinacas en un campo de Gavà. El agricultor no las podía vender porque el mercado esta saturado.
Una quincena de voluntarios, mayoritariamente mujeres, recoge espinacas en un campo de Gavà. El agricultor no las podía vender porque el mercado esta saturado. GIANLUCA BATTISTA

Maialen Urbina coordina los espigueos en el Baix Llobregat. “Tenemos una base de datos de voluntarios (de 3.300 personas en total, un 70% de las cuales son mujeres) y cada día hacemos una llamada para ir a espigar”. Lo que recogen depende de la temporada, ahora muchas acelgas, coles, brócolis o espinacas. “No se pueden vender porque hay excedente o por motivos estéticos”, cuenta. “Me quedé alucinada de la cantidad de alimentos que se tiran”, dice Silvia Dopazo, jubilada que lleva apuntada desde noviembre. Como ella, Maite Grande, también retirada, es la tercera vez que acude a una espigada y cuenta: “quería hacer algún servicio social, pero sin un compromiso diario”. Entre ellas también está Juliana Flores, que estudia un máster en sostenibilidad en Barcelona. “La veo negra”, reconoce sobre su materia de estudio, “pero ojalá cambien las cosas”, añade.

La buena noticia es que Espigoladors va creciendo. Ya tienen presencia en otra comarca, el Maresme, donde hacen espigadas en el Espacio Agrario de la Baja Tordera, y también en el Baix Camp, en la provincia de Tarragona. Desde hace un mes, una persona está abriendo camino en Lleida, donde quieren espigar, sobre todo en los frutales. Allí los excedentes o las taras también dejan muchos alimentos fuera del circuito comercial.

Kadidiatou Ba, Halima Eddooukkali y Carmen Agramunt, trabajadoras del obrador de Es im-perfect.
Kadidiatou Ba, Halima Eddooukkali y Carmen Agramunt, trabajadoras del obrador de Es im-perfect.GIANLUCA BATTISTA

En el origen de este esperanzador proyecto están Mireia Barba, Jordi Bruna y Marina Pons, que empezaron con una prueba piloto hace ya nueve años para espigar los vegetales que los payeses no podían vender. Abrieron el obrador de Es im-perfect en 2018 y hace un par de años se convirtió en una empresa de inserción laboral, que da trabajo a personas en riesgo de exclusión del barrio de Sant Cosme, donde se encuentra. Barba explica que es “una herramienta de dinamización del barrio”. Como se les ha quedado pequeño para una iniciativa en crecimiento, a finales de año lo trasladaran a una nave industrial de 1.000 metros cuadrados cedida por el Ayuntamiento del Prat de Llobregat. En 2022 elaboraron 400.000 botes de conservas, una cifra que queda lejos de los 89.000 botes de 2018.

El mismo día que en el campo los voluntarios recogen espinacas, en el obrador, donde trabajan 23 personas, han llegado calçots que se van a convertir en cremas. Pelando cebollas hay cuatro mujeres. Carmen Agramunt, Halima Eddooukkali, Débora Miró y Kadidiatou Ba se muestran vergonzosas. Sin dejar las manos quietas, cuentan cómo han llegado hasta aquí después de tiempo sin trabajo o haciendo limpieza en casas de forma irregular, y se muestran orgullosas de tener un empleo fijo y con contrato. Marta Carreras es la responsable del obrador, que emplea a unas 20 personas. Cuenta que en este caso la crema de calçots es para un productor de Vilafranca del Penedès que ha tenido excedentes y les ha encargado la transformación en crema envasada con su etiqueta. Seguramente las pondrá en las cestas de productos directos del campo que vende en su entorno.

Los trabajadores del obrador de Es im-perfect elaboran cremas con calçots que no se pueden vender para un productor de Vilafranca del Penedès.
Los trabajadores del obrador de Es im-perfect elaboran cremas con calçots que no se pueden vender para un productor de Vilafranca del Penedès. GIANLUCA BATTISTA

Es im-perfect es una marca propia que elabora varias conservas. Compran la materia prima a productores que no la pueden vender por los canales habituales, pero que está en perfecto estado para consumir y hacen once gamas de mermeladas, cinco tipos de patés vegetales, sofrito de tomate y dos tipos de compota. Es un producto artesano, sin aditivos ni conservantes. Por ejemplo, el paté de alcachofa lleva un 95% de esta hortaliza y todas las mermeladas un mínimo del 70% de fruta. Desde hace poco también colaboran con el Ayuntamiento de Barcelona, recogiendo las naranjas de los árboles de los barrios de la ciudad para hacer mermeladas, con el nombre de La Marga.

El pasado mes de marzo alcanzaron la cifra de 1.000 espigueos. En total, cuentan que han recuperado dos millones de kilos de frutas y verduras que, sin su labor, hubieran acabado pudriéndose. Tienen claro que su objetivo es reducir el problema de las pérdidas y el desperdicio alimentario, pero también visibilizar la tarea del sector primario y sensibilizar a la población sobre el valor de los alimentos. Esta tercera pata del proyecto la realizan a través de asesorías, talleres o cursos. Desde hace un tiempo colaboran con comedores escolares con un programa de cuantificación de los alimentos que se tiran en un comedor escolar y la aplicación de medidas para evitarlo. Y a nivel legislativo, asesoraron el proceso de elaboración de la ley 3/2020 de prevención de las pérdidas y el despilfarro alimentario, aprobada en marzo de 2020 en el Parlamento de Cataluña. Como entidad, consiguieron que el término ‘espigueo’ se incluyera como actividad a regular. Un paso muy importante para promover la réplica de esta actividad de forma organizada, regulada y de la mano del sector primario en otros puntos del territorio catalán. Un logro que demuestra que espigueo a espigueo, se puede luchar contra el despilfarro alimentario.

Los productos de Es im-perfect se pueden comprar en su tienda en línea y en 800 tiendas de proximidad.
Los productos de Es im-perfect se pueden comprar en su tienda en línea y en 800 tiendas de proximidad. GIANLUCA BATTISTA

Fuente: El País/Mar Rocabert Maltas.

Así viviremos cuando ya no queden insectos: la distopía de un mundo sin alimentos

El biólogo británico Dave Goulson proyecta en su nuevo libro cómo será nuestra vida en 2080, cuando falte comida por las consecuencias de la desaparición de abejas, mariquitas y escarabajos

Una mujer poliniza un peral en Hanyuan, Sichuan, al sudoeste de China, en marzo de 2015.
Una mujer poliniza un peral en Hanyuan, Sichuan, al sudoeste de China, en marzo de 2015.JIE ZHAO (GETTY IMAGES)

En abril y mayo trabajamos durante semanas polinizando a mano las flores. Mis tres nietos se suben como monos a las ramas para polinizar las flores más elevadas de los manzanos y los perales, procurando no romper ninguna rama ni ningún capullo. A diferencia de algunos árboles, los manzanos solo dan fruto si las flores reciben polen de una variedad de manzana diferente, por lo que tenemos que recoger cuidadosamente el polen de las flores de cada árbol, cepillando las anteras en un tarro de mermelada. Luego aplicamos el polen en las partes femeninas de un árbol de una variedad diferente. (…)

Marzo y abril son los peores meses, cuando las cosechas del año anterior se han acabado y la mayoría de los cultivos primaverales todavía no han madurado. El brócoli púrpura es estupendo, ya que florece exactamente en esta época. Lo complementamos con plantas silvestres, entre ellas, brotes de ortiga, raíces de diente de león, miscantos, pamplinas y cualquier verdura pasada que quede en la despensa, y añadimos a las ensaladas hojas jóvenes de abedul y de tilo. Los niños se quejan, pero están mejor que la mayoría. (…)

Hace tiempo, este fue un país rico, pero ahora la gente arriesga su vida por unas pocas patatas. Nadie vio las señales de alarma, pero las cosas empezaron a empeorar a gran velocidad en los años cuarenta. ¿Qué habíamos hecho mal? Nadie podía creer que una civilización global con un elevado nivel de conocimientos y tecnología pudiera colapsar. No debería sorprendernos, ya que otras civilizaciones pasadas siguieron el mismo destino. De hecho, todas han acabado colapsando. Durante el apogeo del Imperio Romano, nadie habría creído que su vasta y eficiente civilización pudiera ser destruida por las tribus del norte y que sus poderosas ciudades se convertirían en ruinas y caos. La historia nos demuestra que las grandes civilizaciones van y vienen: los imperios Han, Maurya, Gupta y mesopotámico eran muy complejos, avanzados y sofisticados para su época y, aun así, todos se derrumbaron. Mucha gente ni siquiera sabe que existieron. (…)

Al llegar la década de 2030 ya era demasiado tarde. El inevitable aumento del nivel de los océanos, agravado por las lluvias torrenciales y las tormentas, empezó a romper las defensas contra las inundaciones. Estas paralizaron muchas de las principales ciudades del mundo: Londres, Yakarta, Shanghái, Bombay, Nueva York, Osaka, Río de Janeiro y Miami, entre otras, sucumbieron ante el avance de las aguas. Debilitadas por las epidemias y enfermedades, las economías fueron incapaces de lidiar con el coste cada vez más elevado de las nuevas defensas contra las inundaciones. Muchas eran de hormigón, la fabricación del cual también liberaba más dióxido de carbono. Las compañías de seguros quebraron por la magnitud de los desastres y las coberturas de la propiedad se convirtieron en una cosa del pasado. Regiones enteras quedaron sumergidas bajo el agua, entre ellas, zonas extensas de Bangladés, las Maldivas, la mayor parte de Florida y las marismas de Inglaterra.

Durante semanas polinizamos a mano las flores. Escalamos como monos para llegar a las flores más altas de los árboles

Por culpa de lo que los científicos llaman “ciclos de retroalimentación positiva”, hiciéramos lo que hiciéramos ya no podíamos detener el cambio climático. La disminución de la capa de hielo de los polos redujo la reflexión de la energía solar, lo que provocó un mayor calentamiento que provocó que más hielo se derritiera y… vuelta a empezar. La descongelación del permafrost ártico liberó enormes cantidades de metano atrapado en el suelo. El metano es un gas cuyo efecto invernadero es muy superior al del dióxido de carbono. El cambio de los patrones climáticos redujo las precipitaciones que caían en el Amazonas, por lo que las pluviselvas que quedaban en esa región se marchitaron y murieron, destruyendo un ecosistema de 55 millones de años de antigüedad; el más rico de la Tierra. Cuando los delgados suelos que los bosques mantenían compactos empezaron a disgregarse y convertirse en polvo, liberaron más gases de efecto invernadero.

Lo que más nos afectó fue que empezó a no haber alimento suficiente para todo el mundo. En la década de 2040 se encadenaron varios episodios de sequías en el cinturón del trigo de Norteamérica, que redujeron drásticamente la disponibilidad de este cultivo tan esencial. Mientras tanto, en África, el Sáhara avanzaba hacia el sur, expulsando a innumerables agricultores de sus tierras, ya estériles. Había pocos lugares a los que ir. Las temperaturas en el África ecuatorial eran tan altas que los humanos no las pudieron soportar. Al mismo tiempo, el rendimiento de los cultivos polinizados por insectos, entre ellos, las almendras, los tomates, las frambuesas, el café y el chocolate, empezó a caer a medida que ocurría lo mismo con el número de insectos polinizadores en todo el mundo. Las plagas se volvieron resistentes a los pesticidas con los que las bombardearon durante décadas, puesto que las temperaturas cada vez más altas les permitían reproducirse más rápidamente. Los enemigos naturales de las plagas de insectos, depredadores como las mariquitas, los sírfidos, los neurópteros y los escarabajos carábidos, desaparecieron mucho tiempo antes. Los pastos se empezaron a asfixiar por la acumulación de excrementos de animales. Los escarabajos peloteros y las moscas que se alimentaban de estiércol empezaron a escasear, incapaces de lidiar con los fármacos y pesticidas que se administraban al ganado y que acababan entre sus heces. Sin insectos que transformaran el estiércol, la hierba tenía menos tierra en la que crecer, y las infecciones de gusanos intestinales que se transmitían a través de los huevos depositados en las heces se agravaron.

El suelo de muchos campos agrícolas era cada vez más fino y menos fértil. Tras cien años soportando una agricultura intensiva, el suelo se había disgregado u oxidado. Los que quedaban estaban siempre contaminados, sin lombrices ni las otras pequeñas criaturas que antes ayudaban a mantenerlos sanos. (…)

En los mares tropicales, los arrecifes de coral demostraron ser muy sensibles al ascenso de la temperatura. Se blanquearon y murieron. Antes de que yo naciera, mis padres aprendieron a bucear en la Gran Barrera de Coral, frente a las costas de Australia, y solían describirme la asombrosa variedad de coloridas criaturas que allí vieron. En solo un año, 2016, cuando yo tenía quince años, la mitad de la Gran Barrera de Coral murió. En 2035, casi todos los arrecifes de coral del mundo habían seguido el mismo destino. Se perdieron así las principales zonas de desove y cría de muchos peces que antes se capturaban como alimento. En las aguas más frías, la cada vez más desesperada búsqueda de peces provocó que las flotas de arrastreros industriales desobedecieran las directrices de los gobiernos respecto a la limitación de sus capturas y diezmaran las poblaciones que quedaban. Hacia 2050, en los mares apenas había vida, aparte de los bancos de medusas no comestibles que proliferaron cuando desaparecieron los peces.

Probablemente, si los gobiernos hubieran hecho caso de las evidencias y trabajado juntos, nuestra civilización no habría pasado el punto de no retorno allá por el año 2035. Por desgracia, en el momento en que era necesario que la humanidad usara su experiencia y sus recursos para superar el reto más difícil al que se había enfrentado jamás, le dio la espalda a la razón. Los precios de los alimentos aumentaron, la calidad de vida disminuyó, creció el desempleo y las continuas mareas de refugiados que no dejaban de llegar a los países desarrollados provocaron disturbios callejeros, protestas y la llegada al poder de políticos extremistas. Se deshicieron todas las alianzas internacionales y se optó por políticas aislacionistas y nacionalistas. Los países pusieron sus propios intereses por delante de los de la humanidad y de los de aquellos con los que compartíamos el planeta.

Fuente: El País/Dave Goulson

Las fauces de los ‘Tyrannosaurus rex’ estaban protegidas por labios similares a los de los lagartos

Una nueva investigación acaba con una de las representaciones más icónicas de los dinosaurios

T Rex
El ‘Tyrannosaurus rex’ bramando con la boca cerrada, con sus dientes cubiertos por una escamosa capa de tejidos blandos alrededor de su mandíbula, más similar a lagartos que a cocodrilos.MARK P. WITTON

Un encarnizado debate de décadas entre paleoartistas y científicos parece que llega a su fin: los Tyrannosaurus rex tenían labios. O, en su defecto, un tejido blando que recubría y humedecía sus dientes, además de protegerlos del exterior. Así, su representación de perfil es menos similar a la de los cocodrilos contemporáneos, famosos por sus fauces con los colmillos hacia afuera, y podrían estar más emparentados con los lagartos actuales.

La nueva investigación que aclara esta incógnita ha sido liderada por Robert Reisz, paleontólogo de la Universidad de Toronto (Canadá), especializado en el estudio de la evolución de los tetrápodos. Su trabajo, publicado recientemente en la revista científica Science, acaba así con una de las representaciones más icónicas de los dinosaurios, como es el caso del T-Rex y su asociación con la ya mítica saga Parque Jurásico (1993), que dirigió Steven Spielberg basándose en el trabajo del científico y escritor de ciencia ficción Michael Crichton.

Pese a la popularidad de la película en el imaginario popular, la discusión sobre los labios de los dinosaurios data al menos del siglo XIX. “Hay una fascinación cultural con que los T-Rex sean feroces monstruos y para nosotros eso significa dientes largos”, aclara sonriente el biólogo desde su casa en Toronto, en una entrevista por videoconferencia. Y aventura: “Ahora creo que, en mi opinión, incluso cuando abrieran la boca, los colmillos de los T-Rex no sobresaldrían tanto”.

De esta forma, los investigadores esperan zanjar una discusión de décadas entre artistas especializados en la ilustración científica y la academia, con la inestimable distorsión que ha provocado la cultura popular alrededor de la fascinante figura de uno de los más conocidos dinosaurios, incluso llegando a generar figuras infantiles con los dientes superiores siempre visibles.

Hay una fascinación cultural con que los T-Rex sean feroces monstruos, y para nosotros eso significa tener los dientes largos

Robert Reisz, paleontólogo de la Universidad de Toronto (Canadá)

El esqueleto de Trinity, un ‘Tyrannosaurus rex’ de 11,6 m de largo, 3,9 m de alto y 67 millones de años de antigüedad, en Zúrich (Suiza).
El esqueleto de Trinity, un ‘Tyrannosaurus rex’ de 11,6 m de largo, 3,9 m de alto y 67 millones de años de antigüedad, en Zúrich (Suiza).MICHAEL BUHOLZER (EFE)

Para los científicos, una de las piezas clave fue el registro dental prehistórico: los colmillos de los saurios no se quebraban como los de los cocodrilos. El esmalte de los dientes requiere de hidratación para que no se quiebre, como en el caso de los caimanes, que tienen los suyos siempre expuestos, incluso con las fauces cerradas. Aunque pasan gran parte del tiempo sumergidos bajo el agua, al analizar sus pronunciados y robustos colmillos se pueden ver fisuras y el deterioro en su superficie.

El trabajo de Reisz señala que este no es el caso de los dinosaurios, ya que los datos disponibles indican que de alguna forma debían de proteger y resguardar su dentadura, al ser su esmalte mucho más fino que el de los cocodrilos. El biólogo considera que los colmillos de los saurios tendrían que presentar una degradación muy característica si hubieran sufrido una exposición constante al entorno. Al compararlos con los de otros animales, con y sin labios, comprendieron que esos dientes no podían haber estado a la intemperie hace millones de años.

La anatomía del cráneo apunta a unos colmillos en su justa proporción, similares a los de un gato; de lo contrario, no podrían ni cerrar sus fauces

Robert Reisz, paleontólogo de la Universidad de Toronto (Canadá)

El autor principal del estudio afirma que incluso la forma en la que estaban rotos los dientes de los dinosaurios correspondía más a un tipo de mandíbula cerrada que expuesta. “Cuando uno observa algunas representaciones clásicas se da cuenta de que si de verdad esos dientes fueran como se ven en la cultura popular, los T-Rex no podrían ni cerrar la boca”, detalla Reisz. El paleontólogo desarrolla cómo en el estudio cotejan la morfología maxilar de los dinosaurios y llegan a la conclusión de que la fila superior de dientes aplastaría la inferior y la mandíbula se desencajaría. Es así cómo la investigación desecha la idea de unas fauces como las de los cocodrilos y traza una similitud entre la barrera bucal de labios escamosos, pareja a la de las iguanas y lagartos, como es el caso de los dragones de Komodo, uno de los descendientes más directos de los tetrápodos. “Sin contar a las aves que son el familiar más cercano vivo, pero que no tienen dientes”, matiza el científico.

Infografía que compara los diferentes tipos de cráneo, colmillo y labios en el reino animal, del estudio Cullen et al.
Infografía que compara los diferentes tipos de cráneo, colmillo y labios en el reino animal, del estudio Cullen et al.

No conforme con la revelación principal, Reisz abunda en cómo su investigación desmiente otro mito que se ha transmitido a través de la cultura popular: las muecas amenazantes de los T-Rex también serían imposibles. Con las reconstrucciones craneales, advierte el equipo, sus fauces no podían realizar gestos maxilofaciales como los que reconocemos a los mamíferos.

Nuestra investigación da una imagen más natural de los T-Rex, lo que provoca que se vean menos monstruosos, aunque continúan siendo unos temibles depredadores

Robert Reisz, paleontólogo de la Universidad de Toronto (Canadá)

Al igual que ocurre con el plumaje que se incluye en la representación de ciertos dinosaurios, los labios parece que se van a quedar en las imágenes científicamente rigurosas. Los autores explican que el estudio servirá para hacerse una idea de cómo fueron las dinámicas bucodentales o la alimentación de los dinosaurios, además de mejorar el conocimiento sobre la reconstrucción de los tejidos blandos en la excavación de los yacimientos.

“La anatomía del cráneo apunta a unos colmillos en su justa proporción, similares a los de un gato; esto hace que se vean menos monstruosos y nos da una imagen más natural de los T-Rex”, sostiene Roisz. Aunque consciente de la desmitificación, sentencia: “Continúan siendo unos temibles depredadores”.

Fuente: El País/Jon Gurutz Arranz

¿Cuántas veces mira el móvil al día? Trucos para recuperar el control de las notificaciones

Los iPhone y los móviles con Android cuentan con funciones para desactivar avisos y concentrarse

Notificaciones movil
Una de cada tres personas mira el móvil más de 100 veces al día, según un estudio de Ikea.ADAM HESTER/BLEND IMAGES (GETTY IMAGES/TETRA IMAGES RF)

Una de cada tres personas mira el móvil más de 100 veces al día, según el estudio de Ikea ¿Estamos hiperconectados?. Es decir, una vez cada 10 minutos de media sin contar las horas de sueño. Las notificaciones de WhatsApp, Twitter, Gmail, medios de comunicación o plataformas como Spotify y Netflix son un bombardeo incesante diario. Los usuarios pueden desactivar fácilmente estos avisos durante un tiempo determinado o hacer que no todos salten en tiempo real, sino que se actualicen cada ciertas horas. Así permiten controlar las notificaciones los móviles con los sistemas operativos Android e iOS.

Móviles con Android

Desactivar las notificaciones de una aplicación

Hay personas que consultan sus teléfonos con el doble de frecuencia de lo que piensan, según una investigación publicada en la revista PLoS One. Es probable que muchos usuarios no necesiten recibir notificaciones de todas las apps que tienen en el teléfono. Para desactivarlas, hay que entrar en los ajustes del teléfono, pulsar en la opción “notificaciones” y en “configuración de la aplicación”. Después, basta con seleccionar de qué aplicaciones se quiere recibir avisos y de cuáles no. Hay que tener en cuenta que el proceso puede ser ligeramente diferente y estas opciones pueden tener nombres variados dependiendo del fabricante del teléfono.

Personalizar qué notificaciones recibir de cada ‘app’

El usuario también puede escoger qué notificaciones recibir dentro de cada aplicación. Para ello, en “notificaciones” hay que pulsar en “configuración de la app” y seleccionar una en concreto. En Gmail, por ejemplo, es posible desactivar las notificaciones de una cuenta de correo en concreto y dejar activadas las de otra. En TikTok, se pueden activar o no las notificaciones de comentarios, likes, mensajes directos o nuevos seguidores.

Notificaciones

En Facebook, también hay múltiples opciones: de los recordatorios a los comentarios, las etiquetas en fotos, los cumpleaños, las solicitudes de amistad, las personas que quizás conozcas o las páginas que sigues. Esta opción puede ser útil con las aplicaciones de envío de comida a domicilio, las que se utilizan para solicitar taxis e incluso las bancarias. Gracias a que sus avisos suelen estar ordenados por categorías, el usuario puede escoger si quiere recibir los que considere importantes y evitar, por ejemplo, los promocionales.

Posponer avisos

Además, existe una opción para posponer notificaciones. Si se quiere activar, en el apartado de “notificaciones” dentro de los ajustes, hay que pulsar en “permitir que se pospongan”. Después, una vez que llegue un aviso al móvil, hay que arrastrarlo ligeramente hacia la izquierda o la derecha y tocar en un símbolo de un reloj con la letra z en su interior. El usuario puede elegir si posponerlo 15 minutos, 30, una hora o dos.

Limitar las interrupciones

Si se despista fácilmente cada vez que va a mirar la hora en el móvil, es probable que prefiera que los avisos no aparezcan en la pantalla de bloqueo. En ese caso, hay dos opciones. Por un lado, entrar en el apartado de notificaciones dentro de los ajustes y pulsar en “notificaciones en pantalla de bloqueo” y en “no mostrar notificaciones”. Si más tarde se quiere que vuelvan a aparecer, habría que seleccionar la opción “mostrar conversaciones predeterminadas y silenciosas”.

Pero probablemente la opción más rápida e interesante para concentrarse al máximo es “no interrumpir”, un modo para silenciar todas las notificaciones, excepto las de aquellas personas y apps elegidas previamente. Para seleccionar dichos contactos y aplicaciones, hay que entrar en “ajustes”, “notificaciones” y “no interrumpir”. El siguiente paso es escoger quiénes pueden contactar por llamadas o mensajes cuando esté activado este modo, qué apps pueden enviar alertas y si se permiten alarmas y otras interrupciones.

Aunque este modo se puede activar desde los ajustes, la forma más rápida de hacerlo es deslizar el dedo hacia abajo desde la parte superior de la pantalla y pulsar el botón “no interrumpir”. El usuario puede escoger si desea que el modo se desactive tras un número de horas determinado o hacerlo él mismo a mano. Además, puede crear “programas” para que se active automáticamente en diferentes circunstancias. Por ejemplo, en las horas que dedica a dormir, durante los eventos guardados en el calendario o mientras juega con el móvil.

Móviles con iOS

Desactivar las notificaciones de una aplicación

En los iPhone, también es posible evitar que una app determinada envíe notificaciones. Al entrar en los ajustes y pulsar “notificaciones” aparece una lista con todas las aplicaciones instaladas en el teléfono. Basta con pulsar en una en concreto y desactivar la opción “permitir notificaciones”. Cada persona tiene una media de 40 aplicaciones instaladas en su teléfono, según la compañía de ingeniería de productos SimForm. Como hay que ir mirando una a una, este proceso puede llevar unos minutos.

Programar a qué hora entran las notificaciones

No todas las notificaciones requieren una atención inmediata. Para evitar que las de todas las aplicaciones salten en tiempo real, es posible activar una función para que entren en el teléfono en unos horarios determinados. Dentro de los ajustes, hay que pulsar en “notificaciones” y “resumen programado”. Al activar esta opción, es posible escoger a qué horas se quiere que lleguen las notificaciones —por ejemplo, a las nueve de la mañana y a las tres y siete de la tarde— y de qué aplicaciones en concreto —por ejemplo, de Gmail, Twitter e Instagram—. Cada app aparece en una lista junto al número medio de notificaciones que el usuario recibe cada día de ella.

Activar los modos de concentración

Los modos de concentración del iPhone sirven para evitar las notificaciones constantes y permiten filtrarlas en función de lo que el usuario hace en cada momento, según la compañía de Cupertino. Por ejemplo, si hace ejercicio, descansa, juega a videojuegos, lee, conduce, trabaja o simplemente disfruta de su tiempo libre.

Notificaciones ios

En los ajustes del teléfono, hay un apartado llamado “modos de concentración”. De manera predeterminada, hay varios creados: no molestar, descanso, lectura, trabajo y tiempo libre. Al pulsar en cualquiera de ellos, se puede elegir de qué aplicaciones o personas sí se quieren recibir notificaciones cuando esté activado. También es posible establecer si se desea o no recibir llamadas entrantes y, en el caso de que sí, de quién —de todo el mundo, de algunas personas permitidas o solo de los contactos favoritos—. Además, el usuario puede permitir las llamadas repetidas. Es decir, si una misma persona vuelve a llamar en menos de tres minutos, la llamada no se silenciará.

Si hay algo que hace únicos a estos modos de concentración, es que pueden activarse automáticamente en función del momento del día, de la ubicación geográfica o de si se utiliza una aplicación en concreto. Por ejemplo, se puede activar un modo determinado de 8 a 12 de la mañana de lunes a viernes, al llegar a una dirección determinada o al abrir la app de libros.

Fuente: El País/Isabel Rubio.

Por qué estar sentado con las piernas cruzadas puede ser perjudicial para usted

El principal consejo es no permanecer quieto en la misma postura durante demasiado tiempo y estar activo con frecuencia

piernas cruzadas
Estar sentado mucho rato con las piernas cruzadas puede tener efectos perjudiciales para la salud, advierte el experto Adam Taylor.

¿Se encuentra cómodamente sentado? Deténgase un momento, quédese como está y observe su postura. ¿Cómo tiene las piernas? ¿Cruzadas? ¿Cuál pone encima: la derecha o la izquierda? Alrededor del 62% de las personas cruza la pierna derecha sobre la izquierda, el 26% lo hace al contrario, y un 12% no tiene preferencia. Normalmente, hay dos formas de sentarse en una silla y cruzar las piernas: una por las rodillas, y la otra por los tobillos. Pero, por muy cómodo que resulte sentarse con las piernas cruzadas, ¿es malo para la salud y la postura? Echemos un vistazo a las pruebas.

Para empezar, los estudios muestran que sentarse con las piernas cruzadas puede acentuar la desalineación de la cadera, de manera que un lado quede más alto que el otro. Además, altera la velocidad a la que la sangre circula por los vasos sanguíneos de las extremidades inferiores, lo cual podría aumentar el riesgo de formación de coágulos.

La mayoría de los estudios indican que cruzar las piernas por las rodillas es más perjudicial que cruzarlas por los tobillos. De hecho, estar sentado con las rodillas cruzadas puede provocar una subida de la tensión arterial debido a que la sangre se acumula en las venas y el corazón tiene que hacer un esfuerzo para evitarlo. Lo que aumentaría el riesgo de deterioro de los vasos sanguíneos. Por eso, cuando se toma la tensión, hay que tener los pies con las plantas apoyadas en el suelo.

Efectos en el cuerpo

Cuanto más tiempo pase sentado con las piernas cruzadas y más a menudo lo haga, más probabilidades hay de que, a la larga, experimente cambios en la longitud de los músculos y la disposición de los huesos de la pelvis. Además, debido a la forma en que se articula el esqueleto, cruzar las piernas también puede causar una desalineación de la columna vertebral y los hombros.La posición de la cabeza puede perder su alineación correcta debido a los cambios en los huesos del cuello, ya que la columna vertebral compensa para mantener el centro de gravedad en la vertical de la pelvis.

El cuello también puede verse afectado, puesto que un lado del cuerpo está más débil que el otro. El mismo desequilibrio puede observarse en los músculos de la pelvis y la zona lumbar como resultado de una mala postura y de las tensiones y presiones que provoca sentarse con las piernas cruzadas. Asimismo, puede producirse un deterioro del alineamiento de la pelvis a causa del debilitamiento de los músculos glúteos, las nalgas, de un lado debido a su estiramiento prolongado.

Sentarse con las piernas cruzadas durante mucho tiempo aumenta la probabilidad de sufrir escoliosis (alineación anormal de la columna vertebral) y otras deformidades. Otra posible consecuencia es el síndrome doloroso del trocánter mayor, una molesta dolencia bastante frecuente que afecta a la cara externa de la cadera y el muslo.

Los estudios muestran igualmente que sentarse con las piernas cruzadas puede comportar un riesgo de compresión y lesión del nervio peroneo —también conocido como nervio fibular— de la parte inferior de la pierna. La debilidad al intentar levantar el dedo meñique del pie es una de sus manifestaciones características. Otra más preocupante es la caída del pie, en la que toda la extremidad queda colgando, si bien en la mayoría de los casos el episodio es breve, y el pie vuelve a la normalidad en cuestión de minutos.

Cruzar las piernas puede afectar a la producción de esperma, ya que la temperatura de los testículos tiene que estar entre 2 y 6 grados por debajo de la temperatura corporal

Asimismo, disponemos de pruebas de que cruzar las piernas puede afectar a la producción de esperma. La causa es que la temperatura de los testículos tiene que estar entre 2 y 6 grados por debajo de la temperatura corporal normal. Estar sentado aumenta esta temperatura en 2 °C, y cruzar las piernas puede hacer que suba hasta 3,5 °C. Además, algunos trabajos indican que el aumento de la temperatura del escroto o los testículos puede hacer que disminuya tanto la cantidad como la calidad del esperma.

Otro hecho que vale la pena señalar es que, debido a las diferencias entre la anatomía de los hombres y la de las mujeres, probablemente a estas últimas les sea mucho más fácil sentarse con las piernas cruzadas, en concreto porque la amplitud de movimiento de la cadera de los hombres es menor.

Las piernas y las articulaciones

Sin embargo, la investigación indica que sentarse con las piernas cruzadas puede ser beneficioso para algunas personas. Un estudio de 2016 con una muestra pequeña, por ejemplo, descubrió que a quienes tienen una pierna más larga que la otra la postura puede ayudarles a ajustar la altura de los lados de la pelvis, mejorando así su alineación. Por lo visto, tener las piernas cruzadas cuando se está sentado también reduce la actividad de algunos músculos, en particular los oblicuos (situados debajo de la piel en la zona en la que se apoyan las manos en las caderas) más que sentarse con las piernas hacia delante. Esto puede ayudar a relajar los músculos del tronco y evitar el sobreesfuerzo.

Postura del loto en yoga.
Postura del loto en yoga.PEXELS/RF STUDIO

En este mismo sentido, hay pruebas de que sentarse con las piernas cruzadas mejora la estabilidad de las articulaciones sacroilíacas (responsables de transferir el peso entre la columna vertebral y las piernas). Y, por supuesto, en la famosa postura de yoga o de meditación (postura del loto), la persona se sienta en el suelo con las piernas cruzadas. Ahora bien, tenemos pocos datos sobre si pasar ratos largos en esa postura puede causar algunos de los problemas que causa estar sentado en una silla cruzando las piernas. De hecho, el yoga reporta enormes beneficios a muchas personas, incluidas las que tienen problemas de rodilla.

¿Cuál es el veredicto, entonces? Seguramente es mejor evitar cruzar las piernas si se puede. Dicho esto, es probable que muchos de los factores de riesgo asociados a esa postura se vean agravados por otras cargas subyacentes, como un modo de vida sedentario y la obesidad. Teniendo esto en mente, el principal consejo es no permanecer sentado quieto en la misma postura durante demasiado tiempo y estar activo con frecuencia.

Fuente: El País/Adam Tailor/The Conversation.

Los taxistas que memorizaban calles desarrollaban más materia gris

La académica Deirdre Mask recuerda en un libro dedicado a los mapas callejeros que el abuso del GPS nos hace perder habilidades

taxistas
Taxis cerca del Palacio de Buckingham (Londres), tras la muerte de la reina Isabel II, el 9 de septiembre de 2022.LEON NEAL (GETTY IMAGES) (GETTY IMAGES)

La vida en Roma era un embate a los sentidos. En las ruinas antiguas reina el silencio, el tiempo ha blanqueado las estructuras, tanto que olvidamos que las esculturas estuvieron en su día pintadas de colores llamativos y que la multitud tomaba las calles. Cuando visité Pompeya, la ciudad clásica sellada bajo la ceniza volcánica, me di cuenta de que la atmósfera invitaba al silencio, como si caminásemos por un cementerio. En cierto modo, así era. Pero en su día también Pompeya rebosaba de vida, habitada por gente con emociones, apetitos, pesares. Nos olvidamos de que hubo vida dentro de cada tumba, aunque ahora solo veamos la muerte.

Roma también estuvo llena de vida. Imagínate a los artistas callejeros, los malabaristas, los tragasables, los jugadores tirando los dados en tableros tallados en escalones, los mayores descansando en los bancos, los vendedores anunciando su mercancía en los mercados. Y muchos animales: cerdos hocicando en la basura, cabras listas para el sacrificio y manadas de perros medio salvajes.

Para orientarte, podías seguir tu nariz. Primero, los malos olores: los excrementos arrojados a las aceras, la orina de las fuentes, los cuerpos apestosos, los mercados de pescado, el estiércol, la carcasa y los intestinos de los animales pudriéndose en las calles. Pero seguro que habría también olores agradables: perfume hecho a base de sebo empapado en pétalos y hierbas, hogazas de pan recién hechas, bastones de incienso y un cuarto de carne asada al fuego. El olor de los cuerpos recién embadurnados de aceite te conduciría a un baño público.

O podrías orientarte de oído. Roma era una sinfonía de sonidos. Los gritos de los vendedores callejeros, los niños jugando a gladiadores, (…) los esclavos cargando con sus amos en palanquines sobre la multitud, un adivino anunciando profecías… Todos te servirían para guiarte por la ciudad. No habría dónde esconderse del ruido, ni siquiera en tu propia casa. Séneca, el filósofo estoico, describe el ruido de los baños públicos sobre sus habitaciones, como los gritos de un cliente al que intentan depilar con pinzas los sobacos (“Para el rico solo gozar del sueño queda”, se quejaba el poeta satírico Juvenal sobre la Roma del siglo II). (…)

Así, los mapas multisensoriales serían los únicos mapas que conocerían muchos romanos. “Para la mayoría de los romanos sería inconcebible usar un mapa, primero porque no podrían permitírselo, segundo, de poder permitírselo, lo más probable es que no lo comprendieran”, apunta el investigador Simon Malmberg. “Su mapa mental —añade— estaba en las calles donde crecieron”.

Pero ¿qué son exactamente los “mapas mentales”? ¿Qué sucede en nuestro cerebro cuando los utilizamos? En la década de 1970, el científico John O’Keefe no buscaba mapas cuando los halló, enterrados en el cerebro. En realidad, investigaba cómo el cerebro crea y da forma a los recuerdos. Los científicos no sabían mucho de la memoria. “Cuando se activa una representación, por ejemplo, cuando se evoca un recuerdo, ¿qué hacen las neuronas?”, se pregunta la neurocientífica Kate Jeffery, que estudia en un laboratorio los mapas cognitivos apenas a unos pasos de distancia del de John O’Keefe en el barrio de Bloomsbury, en Londres. “El cerebro no es más que un montón de carne y sangre y, aun así, nuestros recuerdos parecen películas que se reproducen con gran viveza. Lo cierto es que no ponemos peliculitas en el cerebro cuando necesitamos pensar o recordar algo, ¿cómo funciona entonces y en qué parte del cerebro se produce ese proceso?”. Encontrar la respuesta, explicó, se había convertido en el santo grial de la neurociencia.

La comunidad científica había especulado con la hipótesis de que la memoria estaba relacionada con el hipocampo, una pieza de tejido cerebral en forma de caballito de mar (los seres humanos tenemos dos). En un artículo de 1957, el neurocirujano William Beecher Scoville y la psicóloga Brenda Milner escribieron sobre el caso del paciente H. M., del hospital de Hartford, en Connecticut, que sufría fuertes ataques de epilepsia. Scoville llevó a cabo una cirugía cerebral experimental para curar la epilepsia, extrayendo partes del hipocampo de H. M. junto con otros fragmentos del cerebro. Los ataques cesaron, pero H. M. desarrolló una amnesia severa, solo se acordaba de su infancia, pero nada más. Cada día, era “como despertar de un sueño”, aislado de los demás. Scoville y Milner sugerían que la amnesia había sido provocada por el daño en el hipocampo.

O’Keefe decidió poner a prueba la hipótesis de Scoville y Milner intentando captar cada disparo neuronal del hipocampo. Primero, O’Keefe y su estudiante Jonathan Dostrovsky implantaron unos diminutos electrodos en el cerebro de unas ratas. Luego, observaron a una rata normal mientras deambulaba y escucharon los sonidos eléctricos del hipocampo de la rata. Así descubrieron cómo había algunas neuronas —las llamaron “células de lugar”— que solo se disparaban cuando una rata estaba en un lugar determinado. O’Keefe había descubierto la “neurona de lugar”. Los humanos también la tenemos.

Otros neurocientíficos hallaron distintos tipos de células que nos ayudan a orientarnos sin necesidad de señalización. James D. Ranck descubrió las “células de dirección de la cabeza” cuando demostró que algunas células solo se disparaban cuando la cabeza de una rata apuntaba en una dirección concreta. May-Britt Moser y Edvard I. Moser (dos científicos noruegos con los que O’Keefe compartió en 2014 el Premio Nobel en Fisiología y Medicina) descubrieron las “células de red”, que forman coordenadas de localización en nuestro cerebro. Cada persona lleva incorporado su propio GPS.

El neurofísico Mayank Mehta me contó por correo electrónico cómo había llevado a cabo junto a sus compañeros de la UCLA un experimento de realidad virtual con ratas que había costado medio millón de dólares. Las ratas llevaban una especie de chalequitos y navegaban en un entorno real y en otro mundo idéntico virtual, donde los estímulos no visuales no afectaban su conducta. Las ratas fueron capaces de orientarse bien por ambos entornos. Pero, sorprendentemente, cuando las ratas deambulaban por el mundo de realidad virtual, el 60% de las neuronas del hipocampo dejaban de funcionar. Es más, el 40% de neuronas restantes estaban activas pero parecían disparar “completamente al azar” y su mapa mental del espacio desaparecía.

¿Usaban los antiguos romanos —en sus entornos ruidosos, apestosos, vívidos y sin direcciones— más partes del cerebro que nosotros? Es difícil saberlo. Pero se ha probado que nuestro hipocampo sufre con la nueva tecnología digital. La neurocientífica Eleanor Maguire descubrió que los taxistas londinenses que han memorizado el trazado de 25.000 calles conocido como “el saber” desarrollaron más materia gris en sus hipocampos. Algunos estudios apuntan a que a las generaciones con GPS nos podría estar pasando lo contrario. En Londres, la gente que desanda las calles que ya ha recorrido previamente no pone en marcha el sistema de navegación del cerebro cuando sigue las instrucciones de un GPS. “Si piensas en el cerebro como un músculo, hay algunas actividades, como aprenderse el callejero de Londres, que equivalen a levantar pesas —dijo uno de los principales autores del artículo, Hugo Spiers—, y a partir de nuestros hallazgos podemos afirmar que no ejercitamos estas partes del cerebro cuando usamos un navegador”.

Fuente: El País/Deirare Mask.

La mayor misión a Júpiter busca vida en océanos sepultados bajo el hielo

La sonda europea ‘Juice’ viaja a uno de los entornos más hostiles del sistema solar para explorar las lunas del planeta gigante

Superficie de Europa, la luna de Júpiter tomada por la sonda europea Galileo en los años 90.Foto: ESA | Vídeo: EPV

Júpiter es tan grande y violento que muchos astrónomos lo comparan con una estrella maternal en torno a la que orbitan los planetas, en este caso sus más de 80 lunas. Entre ellas están las cuatro que descubrió Galileo en 1610 y cuya simple existencia ayudó a derrocar la teoría de que la Tierra es el centro del universo: Calisto —uno de los cuerpos más antiguos del sistema solar—, Ío —la que tiene más volcanes—, Europa y Ganimedes —la mayor de todo el sistema solar—. Júpiter está a una distancia media del Sol de 778 millones de kilómetros, cinco veces más que la Tierra, pero aun así se piensa que dentro de varios de estos satélites hay vastos océanos de agua líquida donde puede haber vida.

“Hace unos años hubiera dicho que era impensable encontrar seres vivos en este entorno, pero ahora sé que estamos cerca de conseguirlo”, reconoce la astrofísica española Luisa María Lara en una entrevista telefónica camino del puerto espacial europeo de Guayana Francesa, desde donde el jueves se lanza la misión Juice de la Agencia Espacial Europea (ESA).

En 2007, cuando se aprobó esta misión, Lara tenía 40 años. Ahora tiene 56 y, dentro de ocho años, cuando la nave llegue a Júpiter, le quedará un año para jubilarse. “Tendré un año para disfrutar de los nuevos datos y luego me retiraré”, asegura Lara, científica del Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC) que ha participado en el desarrollo de dos de los 10 instrumentos científicos de la misión. El final de Juice quedará aún lejos, en 2035, cuando la nave se estrellará contra la gélida superficie de Ganimedes dejando un cráter de unos dos metros de diámetro.

“Esta misión es una bestia”, resume Nicolás Altobelli, francés de 46 años y jefe de las actividades científicas de la misión, que se dirigirán desde el centro de la ESA en Villanueva de la Cañada, a las afueras de Madrid. Los paneles solares tienen una superficie similar a la de un piso mediano —85 metros cuadrados—, los mayores jamás creados para una misión interplanetaria. La masa total de la nave es de seis toneladas, más de la mitad solo de combustible necesario para realizar todas sus maniobras científicas, sobre todo los saltos orbitales entre Calisto, Europa y Ganimedes. La nave es tan grande y pesada que para enviarla desde Europa a la Guayana Francesa ha habido que utilizar uno de los aviones más grandes del mundo, el Antonov 124, operado, a pesar de la guerra, por una empresa de Ucrania.

Juice es el acrónimo inglés de explorador de las lunas heladas de Júpiter. Es preciso que despegue exactamente el jueves a las 14.15 hora peninsular española. Esto le permitirá optimizar al máximo el combustible, realizando una compleja coreografía interplanetaria en la que ganará velocidad usando la fuerza de gravedad de la Tierra, la Luna y Venus, en un total de cuatro sobrevuelos y ocho años de viaje. Es tanto tiempo que la programación informática de la sonda se podrá actualizar desde Tierra para que no se quede obsoleta, explica Altobelli, líder científico de un proyecto de 1.600 millones de euros y que involucra a unas 2.000 personas.

La inmensa mayoría de los 5.000 exoplanetas conocidos más allá de nuestro sistema solar son mundos como Júpiter. Probablemente, también tienen varias lunas heladas alrededor. Los descubrimientos que pueda hacer esta sonda en las lunas galileanas, argumenta Altobelli, pueden cambiar la forma de pensar sobre estos mundos y la posibilidad de que haya vida en ellos. “Uno de los requisitos habituales es que haya oxígeno, pero ese gas no fue necesario para la aparición de vida en la Tierra primitiva”, resalta el astrofísico. “Otra cosa es que necesitas oxígeno para que aparezca vida compleja como la hay en la Tierra en la actualidad”, añade.

Sala de control del Centro Europeo de Operaciones Espaciales de la Agencia Espacial Europea en Alemania.
Sala de control del Centro Europeo de Operaciones Espaciales de la Agencia Espacial Europea en Alemania.J. MAI (ESA / EFE)

La presencia de agua líquida es una condición esencial para que pueda haber vida, pero no basta. Debe haber también un fondo rocoso con los elementos esenciales para cualquier forma de vida, que los científicos planetarios llaman CHNOPS: carbono, hidrógeno, nitrógeno, oxígeno, fósforo y azufre. La primera luna que visitará Juice, Calisto, puede albergar un océano en contacto con la roca del fondo, con lo que podría reunir esas condiciones. Pero confirmar que hay vida ahí abajo es un descomunal reto para la tecnología humana, pues probablemente el agua líquida está a unos 250 kilómetros bajo el hielo. A pesar de ello, esta luna es interesante por sí misma, resalta Claire Vallat, científica de la misión. “Es uno de los cuerpos más antiguos del sistema solar; ha sido testigo de toda su historia y apenas sabemos nada de cómo es su estructura interna”, resalta. Los instrumentos abordo de la nave permitirán cartografiar la superficie y prospectar su interior gracias a cámaras de luz visible, láser y radar, entre otros.

Después le tocará a la favorita en las apuestas de la habitabilidad, Europa, que la sonda sobrevolará dos veces a unos 400 kilómetros de altura. “Esta luna debería tener muchos más cráteres de los que vemos y creemos que algo los está borrando”, resume Vallat.

En este satélite hay volcanes de hielo, similares a los de la Tierra, pero hechos íntegramente de agua congelada de diferentes densidades y temperaturas. Las coladas de “hielo templado” renovarían periódicamente la superficie, lo que explicaría el misterio. En esta luna el océano está a unos 100 kilómetros de profundidad, totalmente inalcanzable, pero en este caso hay pruebas indirectas de que hay géiseres en el fondo rocoso que escupen partículas y tal vez también microbios hasta el exterior. Es posible que Juice y la sonda orbital de la NASA Clipper, que se lanzará en 2024, puedan localizar los géiseres y, en el caso de la misión europea, identificar posibles bolsas de agua líquida que hayan quedado cerca de la superficie.

La última parte del proyecto llegará con un récord histórico: en 2034 Juice se convertirá en el primer satélite artificial en órbita de un satélite natural: la luna Ganimedes, más grande que Plutón y Mercurio y la única que tiene un campo magnético. La sonda europea pasará nueve meses en este mundo de 2.631 kilómetros de radio. Su objetivo es realizar una tomografía, como si fuera un paciente, lo que incluirá el mapa más detallado de su superficie y una estimación de su estructura interior

Ganimedes podría albergar más agua que la que hay en toda la superficie de la Tierra. Estaría también en un océano de agua salada sepultado a 150 kilómetros bajo el hielo. Es posible que el enigmático campo magnético lo genere el movimiento de rotación de esa enorme masa de agua líquida. Para averiguarlo, Juice lleva un magnetómetro instalado en la punta de una antena de 10 metros, fabricada por la empresa española Sener, que medirá el campo magnético desde una distancia suficiente para que el resto de sistemas de la nave no provoquen interferencias.

En 2035 la sonda gastará su último combustible en poner rumbo a la superficie de Ganimedes, donde se estrellará. Los organismos que supervisan la contaminación de otros mundos con vida terrestre consideran que no hay riesgos de que si hay microbios a bordo puedan sobrevivir a las condiciones de esta luna. Para Juice, morir en Ganimedes es también una forma de asegurarse de que la vida terrestre no invade la interesantísima Europa.

Fuente: El País/Nuño Domínguez.