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Miguel Ángel González, sacerdote de Unquera: “El confinamiento me ha hecho descubrir que la soledad es dura”

Es una persona con inquietudes, innovador: graba, envía por WhatsApp y almacena sus misas en un Canal de YouTube. Sacerdote en Unquera(Cantabria) y paisajista por naturaleza (aunque él no lo sepa), combina su ministerio con una de sus aficiones: la creación y el cuidado de jardines. De un espacio yermo ha creado un precioso jardín, un espacio para el que en sus inicios tuvo la ayuda como él dice con orgullo, de gentes de iglesia y ateos, sin distinción alguna.

Miguel Ángel González, el padre Miguel Ángel, trabaja con ilusión cada día por llegar a sus feligreses ahora virtuales, y si le sobra tiempo cuida con mimo de su precioso jardín. Este cuatro de junio ha hecho veinticinco años como sacerdote. Afable y simpático se presta, no sin algunos nervios iniciales, a lo que es su primera entrevista (virtual).

¿ Cómo surge la idea de grabar y enviar la misa ?

Surgió porque pensé ¿qué podemos hacer los sacerdotes durante el confinamiento? ¿y qué pasa con los feligreses? Decidí grabar la misa y enviarla ya que de esa manera podía seguir en contacto con la mayoría de mis feligreses.

La primera vez que lo hice se prestó a colaborar Adela, la sacristana de Molleda, la misa está llegando a diversos pueblos de dentro y fuera de Cantabria. Hay gente mayor que no puede ir a la iglesia y es una manera de acercarme a ellos. De esta forma no me sentía tan solo y me animaba a celebrar la Eucaristía.

 ¿De qué manera te está ayudando  la tecnología en estos tiempos que corren?

Lo he comentado alguna vez: “prefiero estar dos horas a la hierba con alguien que ocupado con la tecnología”, es mi manera de decir que prefiero el contacto con la gente;  eso sí, la tecnología me ayuda a llegar a las personas.

Estuve un tiempo como capellán de unas monjas cirtercienses en León, que manejaban muy bien el ordenador, ellas decían que dabas a una tecla, y en un minuto lo que habías hecho lo podía ver medio mundo, fue lo que me hizo pensar en utilizar WhatsApp, ya que es una aplicación muy sencilla a la vez que conocida. Tenía que hacerlo fácil para los feligreses.

¿Procuras aprender tan deprisa como se van sucediendo los cambios?

No, porque soy una persona que me gusta estar más con la gente que estar a la última en tecnología, eso hace que me digan que soy un cura cercano.

¿Qué aplicación se necesita tener para ver tus misas?

WhatsApp es lo más sencillo para la mayoría de las personas. Aunque desde hace unos días también se pueden ver en un Canal de YouTube que me hizo un amigo, se llama “Semilla de esperanza”, como hay varios con el mismo nombre, lo mejor es buscarlo dentro de YouTube por: semilla de esperanza padre miguel angel, subo las misas cada vez que oficio, y también es posible suscribirse para estar al tanto de las  novedades.

(clic sobre la imagen para acceder al Canal del padre Miguel Ángel)

¿Cuándo se pueden ver tus misas?

Suelo grabarlas por las mañanas, (martes, miércoles, jueves, sábados y domingos), sin tener una hora fija. Siempre considero que los feligreses la concelebran conmigo aunque no estén presentes por las circunstancias actuales, da igual que sean sacerdotes o no, les siento participar.

¿Piensas seguir grabándolas y enviándolas cuando acabe la pandemia?

Mirad, en un principio decidí que al poder entrar ya en la iglesia dejaría de grabarlas y enviarlas, pero Adela me ha dicho que en México y en pueblos que no tienen misa, o no pueden ir a ella, desean que la siga enviando. Como cosa curiosa os diré que ahora mismo llega también a León, Valencia, Miami, Venezuela, Madrid… la están recibiendo entorno a doscientas cincuenta personas.

En estos tiempos solo pueden acudir a funerales un número reducidísimo de  personas, esas misas las tengo guardadas como oro en paño, ya que hacen que todos estemos arropando a los familiares del difunto, es una manera virtual de ayudar a la gente, de hacer pastoral, de estar unidos por la oración.

Felicitar un cumpleaños, un santo, algo por lo que pedir… las personas están siendo muy agradecidas y me animan a seguir.

El confinamiento me ha hecho descubrir que la soledad es dura, además estar casi tres meses sin feligreses lo ha hecho aún más duro.

FUENTE: NORTE Y CULTURA / JORGE A. MURILLO;

FOTOGRAFÍAS: MIGUEL ÁNGEL GONZÁLEZ.